lunes, 31 de enero de 2011

¿Libertad?

¿Quién dijo que somos libres? Se preguntó alguna vez Charly, y si bien se trata de una pregunta retórica, no se puede identificar al autor material de dicha afirmación, sino que es una “verdad” que está muy arraigada en el inconsciente colectivo. Desde los medios, las instituciones educativas, las distintas fuentes de información, siempre se envió el mismo mensaje, libertad!
Sin embargo, es hora de que desmitifiquemos algunos conceptos, y entendamos que la libertad absoluta no existe. No podemos hacer lo que queremos, hay reglas creadas por las sociedades (leyes) que deben ser respetadas para poder garantizar la convivencia en armonía. Sacrificio, este último, que la mayoría de las personas está dispuesta a realizar en pos de una coexistencia pacífica. No obstante, hay otros tipos de cercenamiento de las libertades que son, a mi juicio, mucho más injustos y, en cierto punto, inaceptables. Hay algunos condicionamientos naturales y otros sociales que nos limitan.
Los primeros son parte del mundo material en el que vivimos y están aquí mucho antes de que se le pusiera nombre a esa noción abstracta denominada libertad. Los segundos muchas veces definen el devenir de la persona, sus posibilidades de desarrollo, en definitiva, su vida misma. Aquí subyace la injusticia más indignante. Cuando uno nace bajo ciertas condiciones sociales, que no elige, sino que le llegan impuestas, se ve limitado, muchos más si dichas condiciones son desfavorables. Una serie de posibilidades, que a sujetos que viven otra realidad social le parecen normales, están vedadas para ellos. Y así sus opciones de elección se estrechan dramáticamente. En educación, salud, trabajo, vivienda, alimentación, casi todas sus posibilidades se ven reducidas.
En este contexto, ni siquiera la tan mentada libertad del espíritu se puede conseguir. ¿Qué momento para el desarrollo de la espiritualidad puede tener quien debe trabajar más de doce horas diarias para darle de comer a su familia, sin que ni siquiera muchas veces ese esfuerzo sea suficiente?
En definitiva, ¿de qué libertad podemos hablar cuando estas situaciones se propagan por el mundo entero? Sin igualdad no hay libertad. Ante tales circunstancias, cualquier proclama en este sentido, es solo una ingenua expresión de deseo o un postulado malicioso destinado a encubrir la realidad, dependiendo del grado de buenas intenciones que tenga quien la realiza.
Debo aclarar que la presente reflexión solo pretende introducir un tema tan complejo que no puede ser abarcado en estas simples líneas. Mi intención es solo despertar un poco la curiosidad del lector, e invitarlo a pensar, tanto a favor como en contra de los argumentos expuestos.

viernes, 28 de enero de 2011

Descubriendo a Asimov

La primera vez que tuve contacto con un libro de Isaac Asimov era adolescente. Mis viejos tenían una colección de ciencia ficción cuyo flamante primer número era una novela titulada El Fin de la Eternidad. Creo que fue mi vieja la que me recomendó leerla. Hasta el día de hoy considero que esa historia de intrigas, viajes en el tiempo y conspiraciones es una de las grandes obras maestras del género. De alguna manera fue una puerta de entrada a un autor que nunca más abandoné.
Pasaron varios años, sin embargo, hasta que leí otro libro de Asimov. En esta oportunidad se trataba del primer libro de una de las sagas más importantes de la ciencia ficción: Fundación. El desarrollo de una nueva ciencia denominada psicohistoria permite predecir con un elevado porcentaje de exactitud el comportamiento de la humanidad, no en forma individual, sino como masa. Hari Seldon, su creador, descubre que el Imperio se acerca a su final y se avecinan varios siglos de caos y enfrentamientos por el poder. Para tratar de reducir ese período al mínimo establece dos fundaciones en extremos opuestos de la galaxia. Esto solo es un breve resumen del primero de los libros de la saga, en los cuales Asimov demuestra un gran conocimiento de la historia de la humanidad, viéndose reflejada en las distintas etapas de su relato.
Fue a partir de la lectura de Fundación que me convertí en un fiel lector de Isaac. A la fecha llevo leídos cuatro libros más de la saga de Fundación (son 7 en total, algunos bastante difíciles de conseguir), y los cuatro libros de la saga de Robots, y todavía me quedan varios relatos por leer.
Con el correr de los años fui descubriendo otros autores importantes como Aldous Huxley, Ray Bradbury, Philip K. Dick, entre otros.  Y descubriendo nuevos mundos, distintos puntos de vista, nuevas formas de pensar, fomentando la imaginación sobre todo.
El propósito principal de esta entrada es que quien la lea y aún no haya tenido la oportunidad de leer a Asimov lo intente, y conozca a este autor tan interesante. Un objetivo secundario, pero no menos importante, es reivindicar la Ciencia Ficción como un género sólido, no menor, dentro de la literatura.
Antes de despedirme les dejo algunos libros recomendados:

Isaac Asimov:
El Fin de la Eternidad
Fundación
Fundación e Imperio
Segunda Fundación
Los límites de la Fundación
Fundación y Tierra
Bóvedas de Acero
El Sol Desnudo
Los Robots del Amanecer
Robots e Imperio
Aldous Huxley:
Un Mundo Feliz
Philip K. Dick:
Ubik
Ojo en el Cielo

Bueno, espero que los disfruten. Me despido hasta la próxima entrada.

jueves, 27 de enero de 2011

¿Por qué un blog?

Esa fue la primera pregunta que vino a mi mente cuando decidí que comenzaría a escribir en un blog. La respuesta no surgió tan clara ni rápidamente. Después de algunas especulaciones, se me ocurrió que podía utilizarlo como una importante herramienta de expresión sin ningún tipo de condicionamiento. Esta apertura de un (para mi) nuevo medio de comunicación me permitirá (siendo optimista) lograr que mis ideas afloren.
La segunda pregunta fue: ¿qué contenidos voy a volcar en el blog? Y la verdad que la respuesta es simple. No hay restricciones en cuanto al contenido. Seguramente tocaré mis temas favoritos: música, cine, política, literatura, fútbol. Pero también otros que vayan surgiendo con el correr del tiempo. La idea es que este espacio sea inclusivo.
Hechas estas aclaraciones me despido hasta la próxima publicación.