domingo, 27 de mayo de 2012

Viajar


Viajar es una acción que no podemos evitar. Lo solemos hacer de diferentes maneras. Algo tan rutinario y común como ir a trabajar o a visitar amigos, ya sea en auto, colectivo, o subte, implica un viaje.
A veces es inevitable el traslado físico. Cuando uno piensa en viajar, en general lo relaciona con las vacaciones, una circunstancia más importante que los pequeños destinos de la vida diaria. Ya sea conociendo lugares lejanos, en países distantes, o hermosos recodos de nuestro propio país, la emoción nos embarga al viajar.
Otras veces, el viaje se da dentro nuestro. La imaginación es el conductor perfecto para adentrarnos en los diferentes surcos de nuestra mente. Viajes de lo más dispares y extraordinarios se dan cuando nuestro subconsciente los construye. Los sueños son otra manera de viajar, que no reconoce de fronteras, pasaportes o divisas. Es quizá la más democrática.
Algunas personas, y no es nuestro objetivo juzgarlas, viajan ayudadas por algunas substancias no siempre (o casi nunca) legales. Ya sea en viajes de lo más alucinados, o sumamente introspectivos, llegan a extremos muchas veces inexplorados. Libros como Las puertas de la percepción de Aldous Huxley o Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda permiten que seamos testigos de ese tipo de viajes.
Hay muchas formas de viajar. Cada uno puede elegir la suya. Lo que nunca hay que perder de vista es que siempre estaremos en viaje, trascendiendo formas y estructuras, hacia destinos insospechados. En definitiva, la vida es un viaje.

sábado, 19 de mayo de 2012

Animal de radio


Me gusta la radio. Probablemente sea uno de los medios de comunicación masivos que más disfruto. Mucho más que la tele o el diario. La radio es una compañía. Permite que la escuchemos haciendo otra cosa. Como se ha dicho muchas veces tiene algo especial. Algo que hace que el que se encuentra frente al micrófono lo disfrute y transmita ese sentimiento a sus radioescuchas.  Es la tan mentada magia de la radio, que hace que nos divirtamos, nos emocionemos, soñemos, imaginemos, nos enojemos, y nos involucremos hasta tal punto que muchas veces nos encontramos solos contestándole a la radio u opinando en voz alta de los temas que se tocan.
Arranque a escuchar radio cuando estaba en la primaria, sobre todo en las vacaciones. Las mañanas y las trasnoches eran los momentos propicios. En ese momento no tenía gusto por un programa en particular, rotaba entre las emisoras de moda. No fue hasta unos años más tarde, en los albores de mi adolescencia, cuando descubrí Cual es?. Corría el año 1998, y el inicio del secundario fue fundamental para este cambio de hábitos. Dejar el pesado doble turno de la primaria y comenzar a ir solo a la tarde me dejaba toda la mañana libre para poder conocer nuevos programas.
Durante la duración de la enseñanza media, en mi caso seis años, escuche casi religiosamente todas las mañanas Cual es? (para ampliar mas sobre el tema leer: http://malaprensa2011.blogspot.com.ar/2012/01/adios-cual-es.html). Una vez terminado el colegio, e iniciada mi carrera laboral la radio cobró más importancia en mi vida. El programa de Mario Pergolini me acompañó durante mis primeros cuatro años de trabajo. Ahora se abría una nueva posibilidad, ya que las tardes también se convirtieron en momentos en los que la existencia de la radio podía alivianar arduas jornadas de oficina. En un primer momento me hice fan de toda la programación de la Rock and Pop, que en ese momento tenía, además del ya mencionado programa de Mario y Eduardo, Day Tripper, con Juan Di Natale, Fabio Alberti, y Diego Della Sala, y Tarde Negra, con Elizabeth Vernaci.
A partir del año 2008 y probablemente debido al cansancio que pueden producir más de diez años de escucha ininterrumpidos fui abandonando gradualmente la emisora en donde el rock vive. La fui cambiando por otra, que si bien solía pasar una música que me gustaba mucho menos que la que pasaba la R&P, se adaptaba más a mi crecimiento, y significaba una renovación generacional. Así fue que de un día para el otro cambié Day Tripper por Basta de Todo, el programa que Matías Martin tenía en radio Metro, junto a Gabriel Schultz y Cabito. Fue el humor, los juegos disparatados y las buenas entrevistas lo que más me sedujo. El cambio a Perros de la Calle de Andy Kusnetzoff, y Metro y Medio de Sebastián Wainraich se dio casi naturalmente.
Actualmente sufro la imposibilidad de escuchar los programas de radio que más me gustan. En el trabajo se escucha Aspen en los buenos días y Radio Disney en los malos. El dial nunca pasa por la Metro ni la Rock & Pop. Hace más de un año que vivo esta situación y aún la sufro. Los días se pasan más lentos sin los programas que más me gustan. Ni siquiera pude escuchar la nueva radio de Mario, Vorterix Rock, o transmisiones que me interesan como Gente Sexy, de Clemente Cancela.  Por suerte tengo los sábados a la mañana, en los que últimamente estoy sintonizando Cómo robar el mundo, con Sebastián De Caro, por Metro, y paso un buen rato.
Como dije al principio, la radio tiene algo especial, que la diferencia de la tele. Algo que nos cautiva, y es difícil de definir. Pero podemos estar seguros de algo, nunca nos vamos a sentir solos en tanto y en cuanto, tengamos un equipo de radio cerca.



sábado, 12 de mayo de 2012

Presentando a Bill Callahan

Antes de empezar, quiero aclarar que esta entrada va a ser muy corta. Más que nada es para recomendar un cantautor norteamericano, que no es muy conocido por nuestras pampas. Su nombre: Bill Callahan. Se trata de un artista indie, cultor del lo-fi, de extensa carrera. La mayoría de sus discos, once en total, los lanzó bajo el seudónimo de Smog, y ya lleva cuatro bajo su propio nombre. Algo destacable de su carrera discográfica, que va desde 1990 hasta la actualidad, es que siempre sus realizaciones se lanzaron en LP, además de los formatos  de turno (CD, Mp3, Flac, etc.).
El disco que llamó mi atención es del año pasado, y su nombre es Apocalypse. Son solo siete temas que van desde la tranquilidad acústica a algunos pasajes eléctricos. Su voz cavernosa y sedante acompaña perfectamente sus despojadas melodías.
Hay un tema que quisiera compartir en particular, que no ha dejado de dar vueltas en mi cabeza desde el momento en que lo escuché. Es el primer track del disco, se llama Drover (Pastor). ¡Espero que lo disfruten!

DROVER

The real people went away
But I'll find a better word, someday 
Leaving only me and my dreams 
My cattle and a resonator 

I drove all the beast down right under your nose 
The lumbering footloose power 
The bull and the rose 
Don't touch them don't try to hurt them 
My cattle 

I drove them by the crops and thought the crops were lost 
I consoled myself with rudimentary thoughts 
And I set my watch against the city clock 
It was way off 

Yeah one thing about this wild, wild country 
It takes a strong, strong 
It breaks a strong, strong mind 
Yeah one thing about this wild, wild country 
It takes a strong, strong 
It breaks a strong, strong mind 

And anything less, anything less 
Makes me feel like I'm wasting my time 

But the pain and frustration, is not mine 
It belongs to the cattle, through the valley 

And when my cattle turns on me 
I was knocked back flat 
I was knocked out cold for one clack of the train track 
Then I rose a colossal hand buried, buried in sand 
I rose like a drover 
For I am in the end a drover 
A drover by trade 
When my cattle turns on me 
I am a drover, double fold 

My cattle bears it all away for me and everyone 
One, one, one, one, one, one ... 

Yeah one thing about this wild, wild country 
It takes a strong, strong 
It breaks a strong, strong mind 
And anything less, anything less 
Makes me feel like I'm wasting my time



sábado, 5 de mayo de 2012

Violencia

Hoy presencié como en un ámbito laboral, un jefe le decía a un empleado "estúpido" por lo menos 5 o 6 veces seguidas. No supe la razón, pero creo que ningún hecho de trabajo merece ese tipo de comportamiento.
La violencia hoy en día está enquistada en el seno de nuestra sociedad. Ha dejado hace tiempo de ser patrimonio exclusivo (si es que alguna vez lo fue)de zonas y ámbitos determinados. La podemos sentir en las calles, las canchas, y en un sinnúmero de espacios públicos, en los hogares, en los trabajos, etc. Está presente en casi todas las facetas de nuestra vida. Y lo peor de todo: nos hemos acostumbrado a vivir con ella.
A los sostenedores de postulados del tipo "es la sociedad la que se ha vuelto violenta", hace falta recordarles que dicha entidad está formada por todos nosotros. Parece que es más simple despersonalizar, mirar para otro lado, sin hacernos cargo de los comportamientos violentos que cada uno de nosotros suma al gran total.
Por otro lado, hay que considerar que cuando hablo de violencia, no solo me refiero a la de tipo físico, sino que abarco un gran espectro de comportamientos agresivos que van desde el plano psicológico, económico y sexual, al simbólico o político, entre otros. Son manifestaciones violentas tanto el maltrato de un conyugue hacia el otro (en general, pero no de forma excluyente, se trata del hombre hacia la mujer), como un robo o asesinato, o discriminar, por poner ejemplos disímiles.
Una de las manifestaciones de mayor violencia en estos días, a mi criterio, es la que se da entre las distintas clases sociales, al menos en nuestro país. Por un lado está el resentimiento presente en algunos miembros de las clases más desfavorecidas, que los llevan a odiar a todo aquel que goza de una posición mejor. Por el otro, en las clases alta y media, la discriminación, el ignorar la problemática de los menos agraciados (económica y socialmente hablando), la manera de prejuzgar constante, tildando de delincuente o vago a todo un arco de la sociedad, son las formas de violencia más usuales y repugnantes. De esta manera el pueblo se enfrenta contra el pueblo en una escalada que parece no tener fin.
Pareciera que últimamente cualquier excusa es buena para justificar los impulsos violentos de cada uno. Sin embargo, creo que debemos comenzar a pensar que no podemos seguir viviendo de esta manera. Se puede empezar por lo pequeño, por limitar nuestra agresividad en el hogar, el trabajo, tratar de cambiar nuestras cabezas, ser tolerantes, comprensivos, fomentar nuestra capacidad de ponerse en el lugar del otro. Por supuesto que estos cambios son difíciles de llevar a cabo. No obstante, me pregunto, ¿cómo vamos a poder aspirar a una reconciliación de clases sociales si no podemos ni siquiera empezar el cambio por nosotros mismos?