domingo, 26 de mayo de 2013

Esas muertes justas

No celebramos la muerte. Quizá en otros tiempos, otras culturas o civilizaciones morir sea digno de festejo, pero no acá. Será porque nos aferramos a la vida, queremos ser y permanecer.
Sin embargo, ese sentimiento no impide que algún deceso nos parezca más o menos justo, sin alegría ni satisfacción. Este año se produjeron dos muertes de estas características, la muy reciente de Jorge Rafael Videla, una de las personas más nefastas en nacer en suelo argentino, y la de José Alfredo Martínez de Hoz.
Uno de los principales ideólogos del terror vivido en la última dictadura el primero, y uno de los responsables de la debacle económica, el segundo, ambos representan un modelo de país y sociedad en el que no quisiera que nadie tuviera que vivir.
Entre los dos (pero no solos), no solo se encargaron de dirigir el destino político y económico del país en su etapa más oscura (y con resultados execrables, debiera agregar), sino que además lo hicieron en forma ilegítima, usurpando lo que por derecho no les correspondía, utilizando un poder que el pueblo nunca les otorgó. El asesinato, la desaparición de personas, la apropiación ilegítima de bebés, el comienzo de la destrucción de la industria nacional, el fomento de la especulación financiera, el miedo, todas situaciones que se las debemos a, entre otros, estos dos personajes infames.
En sus últimos años de vida la condena social fue fuerte, y en el caso de Videla, también la Justicia hizo su trabajo, aunque muy tarde y muy lento. El arrepentimiento nunca fue su fuerte, y sostuvieron sus ideas (no pueden ser llamados valores) hasta las últimas consecuencias. A tal punto fue así que el exdictador llamó hace pocos meses a una nueva toma del poder por medio de las armas. Me pregunto cómo definir a una persona así, quizá cada uno tenga una respuesta. En mi caso es simple, coloquial y un poco grosera: HIJO DE PUTA.
El mundo no es mejor sin tenerlos entre los vivos, ya que lo que hicieron, el daño infligido, no puede recuperarse, ni borrarse, y mucho menos olvidarse. Pero si, tal vez, se trate ahora de un mundo más justo. Queda en los vivos trabajar para que cosas como esta no ocurran nunca más, para que la palabra dictadura quede relegada solo a los libros de historia (que es donde pertenece hace 30 años), y para que esta clase detestable de individuos no se adjudiquen nunca más lo que no les pertenece.

domingo, 12 de mayo de 2013

Tesoros en las profundidades del púrpura


El objetivo de este post es muy simple: revisar entre mis recuerdos y gustos, y seleccionar mis diez temas preferidos de una de las bandas fundacionales del Heavy Metal, me refiero a la banda inglesa Deep Purple.
Muchas veces menospreciada, se trata de una de las grandes agrupaciones del metal. De composición sumamente cambiante, su alineación más recordada es la integrada por Ian Gillan en voz, los geniales Ritchie Blackmore en guitarra y Jon Lord de piano, y una sólida estructura formada por Roger Glover en bajo e Ian Paice en batería. Otros participes importantes fueron el cantante David Coverdale, el bajista y cantante Glenn Hughes, y los guitarristas Tommy Bolin y Joe Satriani.
Basta de cháchara y vamos a las canciones, las cuales se encuentran presentadas en orden cronológico, sin prelación de preferencia alguna.

Black Night: Publicada originalmente como sencillo en el año 1970 con Speed King y Living Wreck como lados B, alcanzó el segundo puesto en los charts ingleses, y se trata del mayor puesto logrado por un simple de la banda. Se grabó para acompañar la salida de su disco In Rock, editado ese mismo año, aunque no formó parte de él. La composición se originó en una línea del bajo de Roger Glover inspirada en la versión rockera del clásico de George Gershwin, Summertime, que en 1962 había editado Ricky Nelson. Se trata de una obra muy festejada y coreada en los recitales, en parte por esa deliciosa línea de bajo. Bandas como The Fall o Metallica y solistas de la talla de Bruce Dickinson han tocado versiones de la canción.

Child In Time: El tema forma parte del quinto larga duración de la banda, In Rock, editado en 1970. De una duración superior a los 10 minutos, representa uno de los mayores desafíos afronta técnicos afrontados por un cantante de Heavy Metal al incorporar esos climax con aullidos y gritos “afinados”, excelentemente interpretados por Ian Gillan. La base del tema está compuesta por un solo de Lord en órgano Hammond. También merece la pena destacar el intenso solo de guitarra de Blackmore. La temática de la obra es bastante oscura, al igual que su instrumentación, y está basada en la muerte del padre del violinista David LaFlamme (miembro de It’s a Beautiful Day, banda coetánea) durante la Guerra Fría, y en el sufrimiento que eso le provocó. Se trata de una de las primeras grabaciones de Heavy Metal, que además incorpora tintes progresivos, y de la primera obra compuesta por la formación clásica de la banda.

Strange Kind of Woman: Editado en 1970 como adelanto del sexto LP de la banda (con I’m Alone como lado B), fue incluido posteriormente en la placa Fireball al año siguiente solo en su edición norteamericana. La letra narra la historia de una prostituta, y de uno de sus clientes que enamorado trata de que deje sus hábitos, cuando luego de mucho esfuerzo consigue y ambos pueden vivir su amor, ella termina muriendo. Ian Gillan cuenta que no se inspiró en una mujer en particular, sino en una serie de emociones y desilusiones vividas. En su versión en vivo, grabada en la placa Made in Japan, hay un interesante duelo de voz y guitarra propuesto por Gillan y Blackmore que formaba parte de la idea original, pero fue cortado para su edición en formato sencillo.

Fireball: Se trata de la canción que abre el disco homónimo, que vio la luz a mediados de 1971. Ese mismo año fue editada como simple con Demon’s Eye y Anyone’s Daughter como lados B. Es un rock furioso que comienza con el ruido del aire acondicionado del estudio de grabación, para luego darle entrada a los golpes de batería de Ian Paice. Entre sus características distintivas se puede mencionar que es uno de los pocos temas de la banda que no tiene solo de guitarra (pero si de bajo y órgano), y en el que Paice toca con doble bombo. La letra nos plantea como metáfora a una mágica mujer llegada de otro mundo, como una bola de fuego, que enamora al narrador. Su composición se basa ligeramente en una experiencia de Gillan con una mujer que representaba, según sus palabras, “un verdadero misterio”.

Highway Star: En 1972 se dio a conocer el que hasta hoy es el disco más emblemático de Purple. Me refiero a Machine Head. “Estrella del Camino”, como se conoció por estas latitudes, era el track de apertura de dicho álbum. Cuenta la leyenda que en un viaje en micro un periodista le pregunto a los miembros de la banda cómo componían sus temas. Para demostrarlo Blackmore comenzó a tocar un riff, al cual se acopló Gillan con una letra improvisada. El germen de la clásica canción estaba sembrado. Algunos datos destacables: se trata de la obra con tempo más acelerado del disco, el largo solo de guitarra está inspirado en la música clásica, y el de órgano en Bach, y por años fue la apertura de sus shows en vivo. La letra aborda temas recurrentes del hard rock como las mujeres y los autos. Faith No More, Dream Theater, Buckcherry y Alter Bridge son alguna de las bandas que han grabado covers de este clásico.

Smoke on the Water: Parte fundamental de Machine Head, es la obra más reconocido del grupo a nivel mundial. Su característico riff es conocido incluso por gente que no conoce al tema o a la banda. Además fue el lado A de un SP lanzado en 1973, cuyo lado B era la versión en vivo de la misma canción. La letra está basada en una historia verídica, vivida por los miembros del grupo cuando estando en Montreaux, Suiza, un incendio provocado por una bengala lanzada por el público consumió el Casino donde estaba tocando Frank Zappa con sus Mothers of Invention. Su introducción es de una simpleza tal que muchos principiantes comienzan a aprender a tocar la guitarra con esos acordes. Bandas importantes como Black Sabbath, Sepultura o Iron Maiden, y solistas como Santana han realizado versiones del track en cuestión.

Lazy: Tercer y último tema de Machine Head incluido en esta reseña, también fue editado como simple en 1973 con su versión en vivo como lado B. Con una duración que supera los 7 minutos, es la obra más larga del LP. La canción es una de mis preferidas de Purple de todos los tiempos. La calidad de la interpretación, el excelente riff, los duelos entre el Hammond de Lord y la guitarra de Blackmore, la destreza vocal y los toques de armónica de Ian Gillan, los toques progresivos cercanos al jazz (sobre todo presentes en las versiones en vivo, que suele superar los 10 minutos), hacen de este un tema genial. La letra, breve, describe la conducta de un simple haragán. El solo de Ritchie Blackmore es considerado por la revista especializada Guitar World, como uno de los mejores 100 solos de la historia del rock (ocupa el puesto 74).

Burn: Perteneciente a la placa homónima editada a comienzos de 1974, es la primera obra realizada por la nueva alineación de la banda, en la que Gillan y Glover, fueron reemplazados por David Coverdale y Glenn Hughes respectivamente (que demostraron estar a la altura de las circunstancias). Ese mismo año fue lanzada como simple, con Coronarias Redig como lado B. Es otra muestra de la facilidad con la que Purple podía crear riffs inolvidables. La letra, de tintes apocalípticos, narra la historia de una mujer maldita, cuyas predicciones no fueron tomadas seriamente, y terminó haciendo arder el pueblo en llamas con solo un movimiento de sus manos. Si bien el track ocupó un lugar importante en los shows en vivo, con la vuelta de Gillan se dejó de tocar ya que el cantante decidió no cantar temas de la etapa Coverdale, aunque luego al abandonar la banda nuevamente y ser reemplazado por Joe Lynn Turner, fue recuperado.

Mistreated: La segunda canción elegida de la placa Burn es lo más cercano a un tema clásico de blues que Purple alguna vez compuso, influencia directa de los nuevos integrantes de la banda. Blackmore había comenzado a componerla en la época de Machine Head, sin embargo no fue hasta que Coverdale le puso la letra, dos años después, que terminó saliendo a la luz. Es el único tema del disco en el que David canta toda la letra, ya que en el resto cuenta con la colaboración de Hughes. Sobre su grabación Coverdale cuenta que le costó, porque quería transmitir distintos sentimientos y generar empatía en el escucha. La letra nos presenta a un personaje que se siente maltratado, abusado, confundido y abandonado por una mujer. Tanto Coverdale como Blackmore la siguieron interpretando al abandonar la banda, con sus nuevos proyectos, Whitesnake y Rainbow respectivamente.

Perfect Strangers: Parte integrante del disco homónimo de 1984, supone la vuelta al ruedo del grupo luego de separarse en 1976, esta vez formado por sus integrantes clásicos. Nuevamente el riff inicial y que recorre la canción merece ser destacado. A pesar de no tener solo de guitarra (ni tampoco de órgano), es uno de los temas favoritos de Ritchie Blackmore. La letra de tintes existenciales, parece una conversación entre dos encarnaciones del mismo ser (una pasada y otra presente), que comparten experiencias y sentimientos, pero deben permanecer como dos perfectos extraños. En 1985 fue editada como SP con Son of Alerik como B-side. Dream Theater en su disco A Change of Season registró una gran versión del tema.

Así concluye nuestro recorrido por esas grandes canciones que fueron dando forma a Deep Purple. Si te gusta el metal y no las escuchaste, estas en deuda con la historia. Si te gusta la música, más allá de los géneros, es una buena oportunidad para adentrarse en una de las agrupaciones más importantes de la etapa clásica del rock.