domingo, 26 de junio de 2011

Necesaria Catarsis

Difícil describir lo que se siente en este momento. Difícil acordarse de todos los nombres que desfilan por mi cabeza. Preguntas recurrentes: ¿cómo pude ser que hayamos llegado a esto? ¿es merecido? ¿cuál es la cuota de mala suerte? ¿hubo algún tipo de arreglo? ¿quiénes son los responsables?
La verdad, no tengo ganas ni energía de ponerme a reflexionar sobre estos interrogantes en este momento (quizá en un tiempo, las respuestas surjan de un análisis en frío). Una particular mezcla de rabia, bronca, tristeza e impotencia nos invade a todos los hinchas millonarios. Lo sucedido hoy es un hecho que jamás, ni el más pesimista de los hinchas de River, pensó que iba a vivir.
No tengo ánimos de realizar una casa de brujas, pero sin duda hay muchos más responsables que los integrantes del plantel y la dirigencia actual. Quizá el principal señalado sea José María Aguilar, el Menem de River. Nos devastó económicamente, vació el club, rifó a las inferiores, su mandato fue un compendio de malas decisiones (seguramente no tan malas para la economía personal de Josema). Pero obviamente, no solo de malas dirigencias vive el fracaso. Podemos encontrar ejemplos de grandes delincuentes, que fueron presidentes de distintos clubes (Macri, Miele, entre otros), y sin embargo su ciclos fueron exitosos deportivamente hablando.
Durante estos últimos tres años (aunque la raíz del problema debe buscarse incluso más atrás) desfilaron una serie de técnicos y jugadores que jamás estuvieron a la altura de las circunstancias y que batieron todos los records negativos que tuvieron a su alcance. De esta circunstancia no se salva nadie, Simeone, Gorosito, Astrada, Cappa, y J. J. Lopez, todos tienen su cuota de responsabilidad, ninguno le encontró la vuelta a planteles que, si bien estaban lejos de los de otras épocas, ni por asomo eran los peores de la división.
Jugadores como Fabbiani, Arano, Funes Mori, Pavone, Caruso, Paniagua, Ballón, Nicolás Sanchez, Rojas, Cabral, Ahumada, Rosales, Bordagaray, y muchos otros más, nunca dieron la talla. Obviamente que, en este caso, los técnicos y dirigentes que los acercaron al club también tienen responsabilidad.
Y para completar el cuadro de situación, tenemos a Passarella, que con su estilo personalista no hizo más que agregar palos en la rueda (como si no los hubiera ya) al desempeño del equipo.
Ahora es tiempo de aceptar la realidad, de mirar al futuro, esquivar los comentarios maliciosos y oportunistas, y reconstruir el club. Quizá sería bueno empezar de cero, con nueva dirigencia, que haya aprendido de los graves errores de sus antecesores, seguramente con nuevos jugadores (ya que, como suele ocurrir en estos casos, ninguno de los responsables directos del descenso se queda a pelear por recuperar la categoría), y enfrentar otro de los grandes desafíos que se presentaran, cómo evitar la quiebra de un club que tiene una de las estructuras de gastos más grandes del fútbol argentino, cuando sus ingresos se vean reducidos al 10% de su cuantía.
Por último, quisiera expresar mi sincero repudio al comportamiento de algunas facciones de la hinchada millonaria (si es que podemos denominar hinchas a este grupo de incivilizados), que responden con violencia en este pésimo momento. La violencia nunca es la solución. No conduce a nada. Por una vez, sería esperanzador que los responsables sean castigados. El verdadero hincha de River siente tristeza, más allá del comprensible enojo. El verdadero hincha de River lo va a seguir alentando juegue donde juegue a pesar de todo.     

jueves, 23 de junio de 2011

Top Five: Dibujitos Animados

A medida que vamos creciendo nuestros hábitos cambian. Algunas cosas que antes nos parecían fundamentales dejan de tener importancia y las sustituimos por otro tipo de actividades.
Me acuerdo que de chico me gustaba jugar con muñecos, leer historietas y juntar figuritas, pero había algo que me gustaba más, me refiero a ver dibujitos animados. Esos seres de fantasía, que lograban hacer cosas increíbles, a todo color y que podían pasar largas horas entreteniéndonos.
Puede que sea un arranque de nostalgia, pero también una manera de homenajearlos, lo que me lleva a realizar este humilde ranking de mis cinco dibujitos preferidos de la infancia.
Antes de arrancar, vale la pena realizar algunas aclaraciones. Al referirme exclusivamente a dibujos disfrutados cuando era pequeño quedan afuera de consideración clásicos como Los Simpsons, Futurama, South Park o Padre de Familia, ya que sigo viéndolos hasta el día de hoy por orientar mayormente su humor hacia los adultos. Como toda lista personal es arbitraria, acorde a mis gustos, con lo cual seguramente haya omisiones "imperdonables" para alguno de los lectores, por lo cual los invito a comentar y proponer su propio top five. Con relación a esto último, quisiera expresar que nunca fui fanático ni de Robotech, ni de Dragon Ball Z, con lo cual espero nadie se ofenda (sé que tienen un gran número de seguidores) si no aparecen entre los cinco elegidos.
Además de los seleccionados, de pequeño me gustaban muchos otros dibujitos, y no quisiera dejar de recordar grandes series animadas como: Las Tortugas Ninja, Transformers, Mazinger Z, Los Tomates Asesinos, El Mundo de Bobby, GI Joe, Los Picapiedras, Los Caballeros del Zodíaco, Los Súper Amigos, entre muchos otros que seguro esté olvidando en este momento.

Número 5: Los Halcones Galácticos

¿Quién no soñó siendo un niño conocer el espacio? Y si era enfundado en plata, cobre o bronce y con estilo, mucho mejor. El grupo dirigido por Capitán Telescopio y comandado por Rayo de Plata tenía una misión importantísima: combatir a Monstruón, un diabólico alienígena que pretende dominar la galaxia. Creo que un chico de unos 6 o 7 años no necesitaba mucho más para focalizar su atención: un villano que adquiría súper fuerza y una armadura metálica gracias a la Estrella Lunar de Limbo, grandes héroes con partes humanas y otras metálicas, un piloto con mucha onda que toca la guitarra y usa sombrero texano (me refiero a Vaquero), naves espaciales, extraterrestres y grandes dosis de acción. En definitiva una fórmula, quizá no tan original, pero altamente efectiva.         

Número 4: Scooby-Doo

Aquella serie creada por Hanna-Barbera y protagonizada por un Gran Danés cobarde y glotón que se dedicaba a resolver misterios junto a un grupo de cuatro adolescentes, fue uno de los pilares de mi niñez. Recuerdo esperar los domingos, en la casa de mi abuela, la hora de comienzo del Show de Hanna-Barbera, y que desilusión sentía si ese día no programaban ningún capítulo de Scooby. Aún hoy considero a la serie un clásico que ningún niño debería dejar de ver. Por todo esto, creo que ocupa un justo lugar en mi ranking.

Número 3: Los Súper Campeones

El fútbol siempre fue una de mis pasiones, con lo cual no fue para nada extraño que me hiciera fanático de la historia del (ya mítico) Niupi, sus estrellas Oliver Atom, Benji Price y Tom Misaki, y sus rivales/amigos Steve Hyuga, Richard Textex, los hermanos Koriotto, Borgini, Arman, entre otros. Cómo olvidar los largos partidos, en los que los jugadores podían pasar varios minutos pensando, suspendidos en el aire, o incluso corriendo; las jugadas especiales y características de cada personaje, como "el tiro del tigre" por citar un ejemplo; o al seleccionado de Japón alcanzando grandes éxitos a nivel internacional. El fanatismo llegaba a un punto tal que sabíamos en el juego de Family Game los nombres de cada jugador y de sus jugadas ¡aunque éstos estuvieran escritos en japonés! Solo por eso ya tiene bien ganado su puesto.

Número 2: Los Thundercats

Leon-O y los suyos eran un grupo de humanoides con características felinas que llegaron al Tercer Planeta (presumiblemente la Tierra) debido a que Thundera, su hogar, había sido destruido. Allí se toparon con Mumm-Ra, una maléfica momia, y con sus secuaces que harán lo imposible para dominar el planeta. Lo más atrayente de la historia eran el ambiente retro futurista (solo ahora que soy adulto lo puedo poner en estos términos) en el cual se combinaba alta tecnología con escenarios propios de la cultura egipcia, combates cuerpo a cuerpo (alta carga de acción), la clásica pelea entre el bien y el mal, que tanto nos gusta a todos, y por supuesto la Espada del Augurio (en la que se encontraba el Ojo de Thundera), esa que todos queríamos tener, y que permitía a Leon-O ver más allá de lo evidente, y lo dotaba de otros increíbles poderes. Al igual que Monstruón, Mumm-Ra sufría una transformación a la hora del combate, obteniendo su fuerza de los Antiguos Espíritus del Mal. Pasando en limpio: combates + tecnología + un gran héroe + un súper villano + una espada que crece de tamaño, de ninguna manera podía ocupar un puesto inferior en la lista.

Número 1: He-Man
 
Podría decir que es la madre de todas las series animadas que me gustan, ya que muchas de sus características se repiten en los dibujos elegidos para ocupar los puestos 2 y 5, siendo He-Man anterior a ellos. Podría aducir que es la más original, la que marcó una época, la única que llego al cine. Sin embargo todas esas son razones demasiado elaboradas. Lo cierto es que, en su momento, ningún dibujito animado generó en mi yo infante, un tipo de adicción similar. Tenía todos los muñecos e historietas, fui al cine a ver alguna película animada, y por supuesto la versión protagonizada por Dolph Lundgren y una jovencísima Courtney Cox.   
La serie cuenta la historia del príncipe Adam de Eternia, quién se convierte en el hombre más poderoso del universo (He-Man) al empuñar su espada y recitar las grandes palabras: "Por el poder de Grayskull…¡ya tengo el poder!". Frase que debo haber repetido hasta el hartazgo de mis padres. Su misión es proteger a su mundo de los planes del malvado Skeletor (un demonio venido de otra dimensión) quien, junto con sus secuaces, no descansará hasta apoderarse de Eternia. Para eso cuenta con numerosos aliados, y su fiel tigre verde, que puede parecer muy cobarde, pero deja a más de uno temblado cuando se convierte en Battle Cat.
Y como dicen que siempre se vuelve al primer amor, hoy por hoy tengo en mi repisa, junto a mis libros, un muñeco de He-Man con su respectiva hacha y escudo (cortesía de mi hermano, regalo de mi último cumpleaños). Solo sabiendo esto, el puesto número 1 no se lo saca nadie.

Estos son los cinco dibujitos que más me acompañaron durante mi niñez. ¿Cuáles son los tuyos?

sábado, 18 de junio de 2011

Historias de Canciones: Humo sobre el Agua

El año 1969 fue especial para Deep Purple por varios motivos. Atrás habían quedado los complicados '60, en los cuales el éxito le había sido esquivo a la banda inglesa. Conscientes de sus dificultades, y con ganas de cambiar el estilo y consolidar sus propias composiciones (hasta el momento sus dos mayores hits habían sido covers: Hush y Kentucky Woman) el guitarrista Ritchie Blackmore, el tecladista Jon Lord y el baterista Ian Pace deciden "invitar a retirarse" al cantante y bajista de ese momento, Rod Evans y Nick Simper, respectivamente, reemplazándolos por Ian Gillan y Roger Glover, ambos compañeros en la banda Episode Six.
Esta formación sería la más exitosa de una banda que se caracterizó por sufrir constantes cambios a lo largo de su vasta historia. El primer disco que grabaron fue en el mismo año '69, y se trató de Concerto for Group and Orchestra, un proyecto compuesto por Lord, junto a la Royal Philarmonic Orchestra de Londres.
A partir de 1970 comenzarían un vuelco definitivo hacia lo que se conocería como Heavy Metal. Los discos Deep Purple in Rock (1970) y Fireball (1971), son prueba de ello, y contribuyeron al despegue de la banda, que parecía por fin haber encontrado su sonido.
A fines del '71 Purple se encontraba en Montreaux, Suiza, grabando el que se convertiría en su disco definitivo, Machine Head (1972). Cuenta la historia que Ian Gillan y Roger Glover asistieron a un concierto de Frank Zappa junto a su banda The Mothers of Inventions en el casino de Montreaux, a las orillas del lago Geneva. El recital fluía por sus cauces normales hasta que desde el público se disparó una bengala (cualquier similitud con nuestra historia presente no es pura coincidencia) hacia el techo y el lugar se convirtió en un infierno. La gente desesperó y comenzó a salir por donde podía, mientras Zappa desde el escenario pedía calma. El humo se convirtió en un problema mucho más serio que el fuego, sofocando a los espectadores. Afortunadamente no se tuvo que lamentar ninguna desgracia y tanto público como músicos pudieron ser evacuados satisfactoriamente.
Tanto Gillan como Glover quedaron marcados por esta experiencia, que cobró mayor espectacularidad cuando, al salir del casino, observaron la extraña pero majestuosa visión del humo elevándose sobre el lago Geneva. Como no podía ser de otra manera, dicho suceso inspiró la composición de un tema que luego incluirían en Machine Head. Me estoy refiriendo a Smoke on the Water, que con el correr de los años se convertiría en el gran clásico de la banda, conteniendo uno de los mejores y más conocidos riff de todos los tiempos. Sin embargo, no es éste el único gran tema presente en ese disco, que además incluye a Highway Star, Lazy y Space Truckin' entre otros.

SMOKE ON THE WATER

We all came out to Montreux
On the Lake Geneva shoreline
To make records with a mobile
We didn't have much time
Frank Zappa and the Mothers
Were at the best place around
But some stupid with a flare gun
Burned the place to the ground
Smoke on the water, a fire in the sky, smoke on the water

They burned down the gamblin' house,
It died with an awful sound
and Funky Claude was running in and out
Pulling kids out the ground
When it all was over
We had to find another place
But Swiss time was running out
It seemed that we would lose the race
Smoke on the water, a fire in the sky, smoke on the water

We ended up at the Grand Hotel
It was empty cold and bare
But with the Rolling truck Stones thing just outside
Making our music there
With a few red lights and a few old beds
We make a place to sweat
No matter what we get out of this
I know, I know we'll never forget
Smoke on the water, a fire in the sky ,smoke on the water



sábado, 11 de junio de 2011

El Fin

"This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end

Of our elaborated plans, the end 
Of everything that stands, the end 
No safety or surprise, the end 
I'll never look into your eyes...again" 

The End, 1967, The Doors


¿Alguna vez alguien se puso a pensar qué pasaría si todos estos absurdos rumores sobre el fin del mundo fueran ciertos? Si todos estuviéramos convencidos de que el año que viene fuera realmente el final, ¿cómo reaccionaríamos? ¿Qué diríamos? ¿Qué callaríamos? ¿Qué soportaríamos o dejaríamos de soportar? Les propongo que me acompañen en este pequeño ejercicio de imaginación. 
Hay toda clase de personas, que en este momento están atravesando distinto tipo de situaciones, y es completamente difícil predecir que haría cada uno. Este sería un simple intento de formar un improbable cuadro de situación.
Los enamorados probablemente buscarán refugio en su sentimiento y en la persona que lo desata. Los solitarios quizá se reprocharan a sí mismos haber llegado a ese estado. A los perfeccionistas seguramente el final los alcanzará insatisfechos. Algunos aprovecharán para desatar sus impulsos más oscuros, y otros para decir aquello que callaban. Los ansiosos por primera vez no querrán que el tiempo transcurra, y los cobardes preferirán no haber nacido.
Los creyentes tendrán dos caminos posibles, o su vinculo con sus creencias se volverá más fuerte, convirtiéndose en sustento espiritual en los momentos más difíciles, o renegarán de toda creencia, argumentando que de existir una entidad superior que todo lo rige jamás habría permitido llegar a este estado de cosas. Los impíos podrán ver confirmadas sus sospechas, o culminarán por acercarse a lo que siempre se opusieron y buscarán reparo en la religión.
¿Cómo reaccionaría la clase política? Probablemente Cristina diría que la situación está orquestada por los grandes monopolios, y Aníbal Fernández que solo se trata de una sensación de fin del mundo. Lilita Carrió se sentirá satisfecha al fin, ya que verá cumplido por primera vez alguno de sus vaticinios. Cobos seguramente afirmará que se trata de la no continuación del mundo, y Alfonsín tratará de tejer algún tipo de alianza con el más allá para ganar peso político. Por su parte, Macri permanecerá impávido como siempre, planeará un viaje para no estar presente cuando suceda, y encontrará la forma de responsabilizar a otro. Duhalde seguramente organizaría algún saqueo para poder acceder al poder, aunque sea por unos pocos meses. Finalmente Pino Solanas se pronunciará en contra del fin, elaborará alguna teoría de por qué se ha llegado hasta ese punto, para luego reconocer que no está informado sobre el tema.
Desde TN seguramente se las arreglarían para implicar al gobierno como el principal responsable de los eventos por ocurrir. Clarín publicará una tapa toda negra, aduciendo que es una acción de censura destinada a acallar al periodismo independiente. 6 7 8 verá la oportunidad para seguir demonizando a Magnetto. Mientras esta guerra mediática tiene lugar, en Telefe Noticias se podrá ver un compilado de los mejores bloopers de la década, Canal 9 programará un maratón de telenovelas venezolanas y América dará a conocer todos los chimentos de la farándula en sus días finales.
En el plano internacional, seguramente Estados Unidos aproveche para inventar una guerra contra algún país de Medio Oriente con el fin de generar distracción, mientras construye algún aparato que les permita a alguno de sus más "ilustres" ciudadanos sortear la delicada situación. En el seno de la Unión Europea seguramente Alemania manifestará que la razón de este abrupto fin se debe al despilfarro de fondos públicos perpetrado por los gobiernos social demócratas, y los griegos descubrirán que había algo peor que la quiebra financiera.
Más allá de estas simples y absurdas especulaciones, a lo largo de la historia la raza humana ha demostrado distintos tipos de reacciones ante situaciones límite (ninguna tan límite como la propuesta). Mientras que en algunos casos la adversidad logra unir posiciones y esfuerzos para intentar sobreponerse a ella, en otros, el caos se apodera de la situación, y todo se complica aún más. Esta ambivalencia está presente en la naturaleza humana y en cada una de nuestras acciones. Lo importante es, ante la inminencia del fin, irnos sin reproches, sin nada pendiente por decir o hacer. Está en nosotros elegir de que manera afrontaríamos el final. 

lunes, 6 de junio de 2011

Como Somos

Somos así como nos ven, pequeños hombres grises navegando mares de color. Casi como hormigas que sueñan con ser tigres.
Somos así como nos piensan, modelados a imagen y semejanza de quién. Buscadores incansables que han perdido la brújula.
Somos así como nos sienten, olvidables, desclasados, inmutables peregrinos. Jugando sin querer a sorpresa y decepción.
Somos así como nos recuerdan, ocupando un lugar incierto en tu limbo final. Desdibujamos el pasado para volverlo a fundar.
Y entre tanta vana palabrería alguien realmente se pregunto ¿cómo somos? Somos simplemente así, como nos imaginan, como nos sueñan, casi como queriendo ser.

jueves, 2 de junio de 2011

Lejos del Olimpo

Estudios recientes han demostrado que a la hora del desahogo escribir es más efectivo que hablar. Quizá sea eso lo que me lleva a garabatear estas líneas.
Desde hace varios años los hinchas de uno de los clubes más grandes del país nos hemos tenido que acostumbrar a cambiar éxitos por fracasos, juego vistoso por supuesta practicidad, contundencia por escasez. El equipo millonario, otrora ganador y respetado (muchas veces temido), hoy difícilmente puede hilvanar una jugada que demande en su construcción mas de dos o tres pases seguidos. La consecuencia: serias dificultades para encontrarse en posición de gol (ni que decir de hacer goles), y problemas con el manejo de la pelota, que se suman a los clásicos errores defensivos. El resultado: River afronta la peor racha de su historia (hablo de los últimos tres años) y está al borde de jugar por primera vez la promoción.
Como si esto fuera poco, en las últimas semanas se sumaron tres hechos que no hacen más que poner piedras en el camino. Una mala racha de Carrizo, que cometió errores en tres partidos consecutivos, dos de los cuales derivaron en pérdida de puntos (no condeno al arquero ya que le debemos más puntos de los que nos hizo perder). Una, como mínimo, inoportuna solicitud de renuncia de Passarella (presidente millonario) hacia Grondona (no porque le falten razones, sino porque es bien conocida la forma de hacer tronar el escarmiento que tiene el "padrino"). Y por último, la derrota en el clásico, con todo su componente emocional.
En este contexto, no sorprende el empate 0 a 0 ante Olimpo (rival directo en la pelea por la promoción). Es más, el equipo de Bahía Blanca mereció mejor suerte. Lo que si llama la atención es la inacción del técnico, que realizo solo un cambio porque Almeyda estaba cansado (ingreso Cirigliano en su lugar) y se guardo los dos restantes, dejando abierto el espacio para especular sobre dos posibles alternativas: o tiró la toalla y se resignó al ver un equipo sin reacción; o el empate lo dejó conforme. Ambas opciones son alarmantes y generan nubarrones en el futuro cercano.
River no tiene mas crédito, debe ganar o ganar las tres últimas fechas, y esperar sendas derrotas de Olimpo y Arsenal.
Lejos de estar esperanzado, las dudas y la incertidumbre son las rectoras en este momento. Quizá mañana todo esto no sea más que una anécdota, como los 18 años que pasaron sin títulos, desde fines de los 50 a mediados de los 70. Sin embargo, este presente no deja de ser doloroso para el verdadero hincha millonario.