sábado, 8 de junio de 2013

Ciudad

La ciudad tiene zonas que nos son ajenas. Calles desiertas, pintorescas casas, lúgubres fábricas abandonadas. Misterios aquí y allá, reservados solo para pocos conocedores.

La ciudad tiene leyendas, relatos, parte de una mitología compartida, y al mismo tiempo lejana. Mensajes a la deriva como botellas en el mar.

La ciudad tiene ojos, bocas, rostros desconocidos y sin embargo familiares. Puñales de tango y rock. Sobretodo sensaciones que corren por sus venas, en toda su extensión.

La ciudad respira, late, vive al compás de millones de almas. Se esconde, florece, puede ser cruel o solidaria, cobijar o dar la espalda, iluminar o fagocitarnos en las sombras.

La ciudad devora. Contradictoria y en silencio, la ciudad espera…

domingo, 26 de mayo de 2013

Esas muertes justas

No celebramos la muerte. Quizá en otros tiempos, otras culturas o civilizaciones morir sea digno de festejo, pero no acá. Será porque nos aferramos a la vida, queremos ser y permanecer.
Sin embargo, ese sentimiento no impide que algún deceso nos parezca más o menos justo, sin alegría ni satisfacción. Este año se produjeron dos muertes de estas características, la muy reciente de Jorge Rafael Videla, una de las personas más nefastas en nacer en suelo argentino, y la de José Alfredo Martínez de Hoz.
Uno de los principales ideólogos del terror vivido en la última dictadura el primero, y uno de los responsables de la debacle económica, el segundo, ambos representan un modelo de país y sociedad en el que no quisiera que nadie tuviera que vivir.
Entre los dos (pero no solos), no solo se encargaron de dirigir el destino político y económico del país en su etapa más oscura (y con resultados execrables, debiera agregar), sino que además lo hicieron en forma ilegítima, usurpando lo que por derecho no les correspondía, utilizando un poder que el pueblo nunca les otorgó. El asesinato, la desaparición de personas, la apropiación ilegítima de bebés, el comienzo de la destrucción de la industria nacional, el fomento de la especulación financiera, el miedo, todas situaciones que se las debemos a, entre otros, estos dos personajes infames.
En sus últimos años de vida la condena social fue fuerte, y en el caso de Videla, también la Justicia hizo su trabajo, aunque muy tarde y muy lento. El arrepentimiento nunca fue su fuerte, y sostuvieron sus ideas (no pueden ser llamados valores) hasta las últimas consecuencias. A tal punto fue así que el exdictador llamó hace pocos meses a una nueva toma del poder por medio de las armas. Me pregunto cómo definir a una persona así, quizá cada uno tenga una respuesta. En mi caso es simple, coloquial y un poco grosera: HIJO DE PUTA.
El mundo no es mejor sin tenerlos entre los vivos, ya que lo que hicieron, el daño infligido, no puede recuperarse, ni borrarse, y mucho menos olvidarse. Pero si, tal vez, se trate ahora de un mundo más justo. Queda en los vivos trabajar para que cosas como esta no ocurran nunca más, para que la palabra dictadura quede relegada solo a los libros de historia (que es donde pertenece hace 30 años), y para que esta clase detestable de individuos no se adjudiquen nunca más lo que no les pertenece.

domingo, 12 de mayo de 2013

Tesoros en las profundidades del púrpura


El objetivo de este post es muy simple: revisar entre mis recuerdos y gustos, y seleccionar mis diez temas preferidos de una de las bandas fundacionales del Heavy Metal, me refiero a la banda inglesa Deep Purple.
Muchas veces menospreciada, se trata de una de las grandes agrupaciones del metal. De composición sumamente cambiante, su alineación más recordada es la integrada por Ian Gillan en voz, los geniales Ritchie Blackmore en guitarra y Jon Lord de piano, y una sólida estructura formada por Roger Glover en bajo e Ian Paice en batería. Otros participes importantes fueron el cantante David Coverdale, el bajista y cantante Glenn Hughes, y los guitarristas Tommy Bolin y Joe Satriani.
Basta de cháchara y vamos a las canciones, las cuales se encuentran presentadas en orden cronológico, sin prelación de preferencia alguna.

Black Night: Publicada originalmente como sencillo en el año 1970 con Speed King y Living Wreck como lados B, alcanzó el segundo puesto en los charts ingleses, y se trata del mayor puesto logrado por un simple de la banda. Se grabó para acompañar la salida de su disco In Rock, editado ese mismo año, aunque no formó parte de él. La composición se originó en una línea del bajo de Roger Glover inspirada en la versión rockera del clásico de George Gershwin, Summertime, que en 1962 había editado Ricky Nelson. Se trata de una obra muy festejada y coreada en los recitales, en parte por esa deliciosa línea de bajo. Bandas como The Fall o Metallica y solistas de la talla de Bruce Dickinson han tocado versiones de la canción.

Child In Time: El tema forma parte del quinto larga duración de la banda, In Rock, editado en 1970. De una duración superior a los 10 minutos, representa uno de los mayores desafíos afronta técnicos afrontados por un cantante de Heavy Metal al incorporar esos climax con aullidos y gritos “afinados”, excelentemente interpretados por Ian Gillan. La base del tema está compuesta por un solo de Lord en órgano Hammond. También merece la pena destacar el intenso solo de guitarra de Blackmore. La temática de la obra es bastante oscura, al igual que su instrumentación, y está basada en la muerte del padre del violinista David LaFlamme (miembro de It’s a Beautiful Day, banda coetánea) durante la Guerra Fría, y en el sufrimiento que eso le provocó. Se trata de una de las primeras grabaciones de Heavy Metal, que además incorpora tintes progresivos, y de la primera obra compuesta por la formación clásica de la banda.

Strange Kind of Woman: Editado en 1970 como adelanto del sexto LP de la banda (con I’m Alone como lado B), fue incluido posteriormente en la placa Fireball al año siguiente solo en su edición norteamericana. La letra narra la historia de una prostituta, y de uno de sus clientes que enamorado trata de que deje sus hábitos, cuando luego de mucho esfuerzo consigue y ambos pueden vivir su amor, ella termina muriendo. Ian Gillan cuenta que no se inspiró en una mujer en particular, sino en una serie de emociones y desilusiones vividas. En su versión en vivo, grabada en la placa Made in Japan, hay un interesante duelo de voz y guitarra propuesto por Gillan y Blackmore que formaba parte de la idea original, pero fue cortado para su edición en formato sencillo.

Fireball: Se trata de la canción que abre el disco homónimo, que vio la luz a mediados de 1971. Ese mismo año fue editada como simple con Demon’s Eye y Anyone’s Daughter como lados B. Es un rock furioso que comienza con el ruido del aire acondicionado del estudio de grabación, para luego darle entrada a los golpes de batería de Ian Paice. Entre sus características distintivas se puede mencionar que es uno de los pocos temas de la banda que no tiene solo de guitarra (pero si de bajo y órgano), y en el que Paice toca con doble bombo. La letra nos plantea como metáfora a una mágica mujer llegada de otro mundo, como una bola de fuego, que enamora al narrador. Su composición se basa ligeramente en una experiencia de Gillan con una mujer que representaba, según sus palabras, “un verdadero misterio”.

Highway Star: En 1972 se dio a conocer el que hasta hoy es el disco más emblemático de Purple. Me refiero a Machine Head. “Estrella del Camino”, como se conoció por estas latitudes, era el track de apertura de dicho álbum. Cuenta la leyenda que en un viaje en micro un periodista le pregunto a los miembros de la banda cómo componían sus temas. Para demostrarlo Blackmore comenzó a tocar un riff, al cual se acopló Gillan con una letra improvisada. El germen de la clásica canción estaba sembrado. Algunos datos destacables: se trata de la obra con tempo más acelerado del disco, el largo solo de guitarra está inspirado en la música clásica, y el de órgano en Bach, y por años fue la apertura de sus shows en vivo. La letra aborda temas recurrentes del hard rock como las mujeres y los autos. Faith No More, Dream Theater, Buckcherry y Alter Bridge son alguna de las bandas que han grabado covers de este clásico.

Smoke on the Water: Parte fundamental de Machine Head, es la obra más reconocido del grupo a nivel mundial. Su característico riff es conocido incluso por gente que no conoce al tema o a la banda. Además fue el lado A de un SP lanzado en 1973, cuyo lado B era la versión en vivo de la misma canción. La letra está basada en una historia verídica, vivida por los miembros del grupo cuando estando en Montreaux, Suiza, un incendio provocado por una bengala lanzada por el público consumió el Casino donde estaba tocando Frank Zappa con sus Mothers of Invention. Su introducción es de una simpleza tal que muchos principiantes comienzan a aprender a tocar la guitarra con esos acordes. Bandas importantes como Black Sabbath, Sepultura o Iron Maiden, y solistas como Santana han realizado versiones del track en cuestión.

Lazy: Tercer y último tema de Machine Head incluido en esta reseña, también fue editado como simple en 1973 con su versión en vivo como lado B. Con una duración que supera los 7 minutos, es la obra más larga del LP. La canción es una de mis preferidas de Purple de todos los tiempos. La calidad de la interpretación, el excelente riff, los duelos entre el Hammond de Lord y la guitarra de Blackmore, la destreza vocal y los toques de armónica de Ian Gillan, los toques progresivos cercanos al jazz (sobre todo presentes en las versiones en vivo, que suele superar los 10 minutos), hacen de este un tema genial. La letra, breve, describe la conducta de un simple haragán. El solo de Ritchie Blackmore es considerado por la revista especializada Guitar World, como uno de los mejores 100 solos de la historia del rock (ocupa el puesto 74).

Burn: Perteneciente a la placa homónima editada a comienzos de 1974, es la primera obra realizada por la nueva alineación de la banda, en la que Gillan y Glover, fueron reemplazados por David Coverdale y Glenn Hughes respectivamente (que demostraron estar a la altura de las circunstancias). Ese mismo año fue lanzada como simple, con Coronarias Redig como lado B. Es otra muestra de la facilidad con la que Purple podía crear riffs inolvidables. La letra, de tintes apocalípticos, narra la historia de una mujer maldita, cuyas predicciones no fueron tomadas seriamente, y terminó haciendo arder el pueblo en llamas con solo un movimiento de sus manos. Si bien el track ocupó un lugar importante en los shows en vivo, con la vuelta de Gillan se dejó de tocar ya que el cantante decidió no cantar temas de la etapa Coverdale, aunque luego al abandonar la banda nuevamente y ser reemplazado por Joe Lynn Turner, fue recuperado.

Mistreated: La segunda canción elegida de la placa Burn es lo más cercano a un tema clásico de blues que Purple alguna vez compuso, influencia directa de los nuevos integrantes de la banda. Blackmore había comenzado a componerla en la época de Machine Head, sin embargo no fue hasta que Coverdale le puso la letra, dos años después, que terminó saliendo a la luz. Es el único tema del disco en el que David canta toda la letra, ya que en el resto cuenta con la colaboración de Hughes. Sobre su grabación Coverdale cuenta que le costó, porque quería transmitir distintos sentimientos y generar empatía en el escucha. La letra nos presenta a un personaje que se siente maltratado, abusado, confundido y abandonado por una mujer. Tanto Coverdale como Blackmore la siguieron interpretando al abandonar la banda, con sus nuevos proyectos, Whitesnake y Rainbow respectivamente.

Perfect Strangers: Parte integrante del disco homónimo de 1984, supone la vuelta al ruedo del grupo luego de separarse en 1976, esta vez formado por sus integrantes clásicos. Nuevamente el riff inicial y que recorre la canción merece ser destacado. A pesar de no tener solo de guitarra (ni tampoco de órgano), es uno de los temas favoritos de Ritchie Blackmore. La letra de tintes existenciales, parece una conversación entre dos encarnaciones del mismo ser (una pasada y otra presente), que comparten experiencias y sentimientos, pero deben permanecer como dos perfectos extraños. En 1985 fue editada como SP con Son of Alerik como B-side. Dream Theater en su disco A Change of Season registró una gran versión del tema.

Así concluye nuestro recorrido por esas grandes canciones que fueron dando forma a Deep Purple. Si te gusta el metal y no las escuchaste, estas en deuda con la historia. Si te gusta la música, más allá de los géneros, es una buena oportunidad para adentrarse en una de las agrupaciones más importantes de la etapa clásica del rock. 

jueves, 25 de abril de 2013

Cavilaciones

Oscuro
Siento tu aliento
Tu presencia en la negrura
¿Es que todo el tiempo estuve cerca de vos?

Olvido
Para poder vivir
Seguir tus injustas reglas
¿Fue tan solo una pobre ilusión etérea?

Cerca
Siempre al acecho
Una simple danza azarosa
¿Me alcanzaran los días para poder renacer?

Fragmentos
Voces, rostros, luz
Tiernos retazos de un ser
¿Dónde vamos a estar cuando el frio nos abrace?

¿Seguirán jugando, riendo, bailando sobre vos?

jueves, 11 de abril de 2013

Casitas Inundadas

Buenos Aires la lluvia cae
Buenos Aires casitas inundadas a votar.

Ojos de agua sobre la ruta 2
No hay poesía en este atardecer
Flotando el animal
No hizo pie en el trigal
Suben los bichos y baja el cereal.

(Casitas inundadas, a votar, 2002, Vengo del Placard de Otro, Divididos)

Y por una vez (y no podemos decir que sea la única, ni la última) la naturaleza puso en pausa esa habitual benevolencia con que trata a los porteños (y no tanto), y se despachó con intensas lluvias en un corto período de tiempo, logrando en forma literal lo que por nosotros mismos ya habíamos conseguido en sentido figurado, que el agua nos tapara. 
No es necesario destacar una vez más los problemas de gestión y reacción del Gobierno de la Ciudad (cuya máxima figura parece estar siempre en el exterior) y del Gobierno Provincial, y ni siquiera la desidia del Gobierno Nacional, más preocupado en erigir al primero como principal opositor, y marcarle la cancha al segundo. 
Sin embargo hay que reconocer que ciertas medidas de emergencia tomadas por todos estos gobiernos tendientes a aliviar la carga económica de quienes perdieron todo son positivas, aunque limitadas. 
Un fenómeno natural tan familiar como es la lluvia desnudó las carencias de una ciudad que ha crecido demasiado para su propio bien. La pregunta que surge ante todo esto es: ¿qué pasaría si en nuestra ciudad se desatara un tsunami, terremoto, tornado o monzón? Si bien no tengo la respuesta, es probable concluir que la Ciudad de Buenos Aires pasaría a convertirse en una zona poco más que inhabitable. 
Dos cosas más que me gustaría destacar antes de finalizar esta breve opinión. Por un lado, es admirable la solidaridad que se ha generado entre la gente, manifestándose sobre todo en donaciones tanto de dinero como de ropa, colchones, útiles escolares y demás elementos necesarios para los ciudadanos que han perdido todas sus pertenencias a causa del temporal. Actos que hace mucho no veía en una escala tan grande. 
Por el otro, la siempre desafortunada intervención de los medios de comunicación, haciendo foco siempre en el amarillismo, y el golpe bajo, llegando al punto tal de anunciarle a una señora mayor en vivo la muerte de su vecino. Realmente indignante y de una bajeza tal que ya ni siquiera sorprende. 
Para concluir quisiera expresar mi deseo de que los distintos gobiernos logren trabajar conjuntamente para que se realicen las obras de infraestructura necesarias para que esta tragedia no se vuelva a repetir. Más allá de intereses contrapuestos, ideologías y aspiraciones, es necesario anteponer el bien común. No nos olvidemos que ha muerto demasiada gente, y otra tanta ha perdido todo. Esperemos que de una vez por todas se entienda la veracidad de aquella vieja máxima que reza: “más vale prevenir que curar”.

sábado, 30 de marzo de 2013

La vuelta a Flores en diez canciones

Hay días, y Dios sabe que son pocos, en los que no hay demasiado para hacer. Todas las obligaciones quedaron atrás, mas no sea por unos momentos, y tenemos varias horas para pasar con nosotros mismos.
Aquí suele presentarse un dilema: ¿qué hacer? Tenemos tantas cosas postergadas que muchas veces por no saber cómo empezar terminamos aburridos y sin hacer demasiado.
En mi caso en particular, mis gustos son más bien simples, y van desde leer libros y revistas, algún comic quizá, a ver series, películas, sobre todo aquellas que por discrepancias en los gustos, no puedo ver en pareja.
Sin embargo, hay un tercer pasatiempo que es anterior a todos ellos, al menos en cuanto al orden cronológico en el que llegó a mi vida. Se trata ni más ni menos que escuchar música, y que mejor que hacerlo mientras damos un pequeño paseo, una simple caminata si pretensiones, pudiendo tener o no un destino fijo.
Eso es exactamente lo que se me ocurrió hacer hoy, un día de ocio en soledad. Tomé mi Ipod, lo configuré en reproducción aleatoria, y salí a deambular por el barrio de Flores.
No apreté play hasta que la puerta del edificio donde vivo se cerró a mis espaldas. Sonaron los primeros acordes de la versión acústica que Colin Hay hace del clásico Overkill, de su banda ochentosa Men at Work. Con ese ritmo relajado, y perdido en su letra, avancé las primeras cuadras por la Avenida Directorio.
Aún sin rumbo fijo, el random acercó a mis oídos un hit de Paul McCartney & Wings, grabado en vivo por el propio Paul hace pocos años, Mrs. Vanderbilt. Y así el ritmo empezó a aumentar.
Para cuando llegué a Rivera Indarte, doblé y me sorprendió el aroma a jazmín que provenía de la arbolada Bonifacio, al ritmo de Killer Queen, hit de la banda de Freddy Mercury y Brian May.
El destino se hizo visible a medida que me iba acercando a Rivadavia. Sería Yenny, para ver si había algún disco, libro o film interesante (siempre hay algo) que comprar. A todo esto, ya estaba rockeando, con Def Leppard, que tocaba Pour Some Sugar on Me, en exclusiva para mí.
Una vez expuesto al calor, y el constante ir y venir de gente que pululan por la Avenida Rivadavia, los climáticos acordes de Given to Fly, de Pearl Jam, sirvieron para acompañarme las últimas cuadras, hasta llegar a mi destino. Nótese que si bien llegué antes del final de la canción, no entré hasta una vez concluida la misma.
Adentro todo acurrió como siempre. Miré todos los discos y libros que pude, considerando alternativas, deseando tener la posibilidad de realizar compras superiores, etc. Nada que un buen melómano o consumado lector no entienda o haya vivido. La nota graciosa (de esas que sacan una sonrisa, no de las que nos hacen reír a carcajadas) la dieron dos hermanas (una de unos 8 y otra de unos 11 años), que me sacaron de mi concentrada búsqueda de libros interesantes y baratos, mientras se peleaban por cuál de las dos se iba a comprar un libro de historietas de X-Men. Signo de que los tiempos han cambiado bastante desde que yo tuve esa edad.
Una vez afuera, ya con tres libros y un disco nuevos bajo el brazo, volví a colocarme los auriculares, dispuesto a iniciar el camino de retorno. Barbara Ann, con aquellos geniales juegos de voces de los Beach Boys, me guió con su brevedad las primeras cuadras.
Pegadita, llegó un éxito de la década del ochenta, a cargo de la banda The Cure. Me refiero a In Between Days, cuyos sonidos adornaban de la mejor manera las baldosas de la calle Membrillar.
Justo antes de doblar en Juan Bautista Alberdi, aparecieron por primera vez los Beatles, con un tema claramente adelantado a su época, Come Together.
Caminadas varias cuadras, la segunda parada se hizo visible al tomar la calle Bonifacio. Palmeiras, la mejor heladería de Flores, se encuentra enclavada en la esquina de Pedernera y Bonifacio, y es común encontrar grandes colas de gente del barrio. Mientras compraba mi cuarto, me puse alternativo y noventoso, al ritmo de Shady Lane, de los geniales Pavement.
Para concluir mi travesía, y mientras subía con mis compras y mi helado, por la calle Lafuente hacia Directorio, me dejé llevar por la potencia insuflada por el capo del metal Alice Cooper, a través de su No More Mr. Nice Guy, cuyo final se produjo apenas unos metros antes de arribar a mi hogar.
Así concluye esta breve crónica, mientras ejerzo otro de mis pasatiempos, escribir.

sábado, 16 de marzo de 2013

Siguiendo series


Ya se ha escrito mucho sobre la crisis de ideas en el cine hollywoodense. La falta de historias originales es cada vez más clara. En este contexto la industria se ha vuelto hacia sí misma (realizando remakes, secuelas, precuelas o spin-offs), o hacia otras disciplinas de la cultura (tomando ideas de la literatura o del comic).
Por suerte, ante esta situación la televisión propuso una solución. Las series no solo han ido ganando público, sino calidad en la producción, pero sobre todo en las historias abordadas, de una variedad que hace mucho no se ve en la gran pantalla. Así, desde hace casi diez años figuras importantes del cine se han ido volcando a la pantalla chica. Ejemplos sobran, baste mencionar actores como Kevin Bacon, Glenn Close, James Caan, Jean Reno, Dennis Quaid, Martin Sheen, Kiefer Sutherland, entre  muchos otros que ven en la TV oportunidades que antes no estaban presentes.
Así de un tiempo a esta parte se ha vuelto muy común seguir series regularmente, sin perderse ni un capítulo. Quizá este fenómeno haya sido inaugurado en forma masiva por Lost, la serie de J.J. Abrams que cambió no solo la manera de realizar las series, sino la manera de verlas.
Hoy por hoy resultan de lo más normal las charlas entre amigos sobre tal o cual episodio de nuestras series favoritas, y las recomendaciones sobre que show seguir a continuación. Porque la variedad es tan grande que hay productos atractivos para todo tipo de público, y es probable que en una reunión de cinco amigos haya más de cinco series de las que hablar.
Ante este rico presente, surge un problema, inexistente en otras épocas. Puede pasar que la cantidad de series que vemos sea tan grande, que nos cueste seguirlas, recordar que capítulo nos toca ver o lo que pasó en el episodio anterior. Para esta problemática ya hay varias herramientas pululando en la web, de las cuales hoy voy a recomendar una. Se trata de la página www.sidereel.com, en la cual luego de registrate podes buscar y seleccionar todas y cada una de las series que seguís, y llevar un control de los capítulos que ya viste y de los que te faltan por ver.
La base de datos es muy amplia y se pueden encontrar shows de todos los tiempos. Además brinda información sobre nuevos programas o sobre los que finalizaran, o serán cancelados al concluir la temporada vigente.
A mi, que sigo varios programas, algunos viejos (como Star Trek: The Next Generation o Sliders) y otros nuevos (Boardwalk Empire, Arrow, Sherlock, The Walking Dead o The Following), me resulta de gran utilidad, incluso para poner “en la cola” a otras series que quiero ver en el futuro. Espero que el ocasional lector también le encuentre uso, y que siga disfrutando de las series, que a esta altura son casi una adicción.

martes, 19 de febrero de 2013

Cinco Joyas del Tío Elton


Es muy común que ante ciertos artistas de extensa trayectoria, con varios cambios estilísticos a cuestas, nos terminemos inclinando por una de sus etapas al analizar su vasta discografía. 
Eso exactamente es lo que me pasa al referirme al británico Elton John. Gran pianista y compositor, su voz caudalosa y singular lo convirtió en una marca registrada. De toda su carrera yo me quedo con su primera etapa, aquellos discos iniciales en los que ya insinuaba, y luego terminaba de confirmar, que se trataba de un músico de relieve. 
Mi objetivo hoy es simple, recomendar cinco canciones de dicha etapa, ordenadas de manera cronológica, que sirven para entender y apreciar un poco mejor al gran artista detrás de esos anteojos peculiares.

01 - Your Song (Elton John, 1970)
La primera seleccionada corresponde al segundo larga duración del pianista. La letra le pertenece a Bernie Taupin, asiduo colaborador de Elton. A su vez fue lanzada como el lado b del single Take Me To The Pilot. En el plano musical se evidencia la influencia del gran Leon Russell, con quien John grabaría un disco a dúo muchos años después. La letra por su parte evoca en el inicio a una inocente historia de amor, para convertirse en un pedido de perdón con el correr de los minutos. Se trata del primer éxito pop de Elton, y no solo contó con una gran aceptación por parte del público, sino también de la crítica, y de colegas importantes, como John Lennon. La canción forma parte de la banda sonora de Moulin Rouge (2001).

02 - My Father's Gun (Tumbleweed Connection, 1970)
El tercer LP de Elton es un disco conceptual que hizo foco en temas de country, western y americana. La letra del tema seleccionado le corresponde nuevamente a Bernie Taupin, personaje que nombraremos bastante en este post. La canción nos sitúa en la Guerra Civil norteamericana, y cuenta la historia de un soldado de la Confederación, cuyo padre ha muerto, que luego de enterrarlo decide volver a la lucha con el arma de su padre. Presten atención a los coros, porque son gloriosos. De acuerdo a dichos del propio John, este sería uno de los temas favoritos de Bob Dylan. El track fue utilizado también en el cine, por el director Cameron Crowe para su film Elizabethtown (2005).

03 - Tiny Dancer (Madman Across The Water, 1971)
Perteneciente al cuarto disco del cantante, se trata de otra colaboración con Bernie Taupin. En el año 1972 fue editada en formato simple. Taupin se inspiró en el espiritu de la California de los 70, y en las mujeres que conoció en el camino. También se cree que intenta retratar a las groupies del momento. En lo musical se trata de una balada donde se destaca sobre todo el piano (esa introducción que presagia lo genial que el tema va a ser) y la pedal steel guitar de BJ Cole. La llegada de las cuerdas de Paul Buckmaster y de los coros promediando el tema, lo hacen aún más emocionante. La recepción del público en el inicio fue más bien tibia, sin embargo, con el correr de los años la canción se convirtió en un clásico. Covers fueron realizados por artistas de la talla de Dave Grohl o los Red Hot Chili Peppers. También fue utilizada en el cine, nuevamente en un film de Cameron Crowe, Almost Famous (2000), en la que la banda y sus plomos la cantan a capela en el micro de la gira.

04 - Rocket Man (I Think It's Going To Be a Long, Long Time) (Honky Chateau, 1972)
Otro de los hitazos del músico, vio la luz en su quinta obra. Por cuarta vez consecutiva, Taupin participa en la composición de la letra, quien encontró la inspiración al divisar una estrella fugaz (o un avión lejano), y en un cuento del gran autor de ciencia ficción Ray Bradbury. También se la considera influida por el clásico de David Bowie, Space Oddity (1969). Fue editada ese mismo año como single, con Susie (Dramas) en su lado b. La canción se concentra en los sentimientos de un astronauta, que ve su labor como un trabajo ordinario que lo aparta de su familia. En el plano musical se trata de otra balada pop, en la que la preponderancia del piano está bien marcada. Se realizaron varios covers, entre los que se destaca el de Kate Bush, como uno de los más importantes. Asimismo fue utilizada en varias películas y episodios de distintas series. La revista británica Q Magazine la nombró mejor canción británica de 1972.

05 - Mona Lisas and Mad Hatters (Honky Chateau, 1972)
Nuevamente y para no ser menos se trata de una colaboración entre John y Taupin. Y se le ocurrió al bueno de Bernie durante su estadía en Nueva York, al escuchar el disparo de un arma cerca de la ventana de su habitación de hotel. La crítica la recibió cálidamente, resaltando la economía de recursos, la gran interpretación de John y la letra directa de Taupin. Se trata de una respuesta en forma de canción al tema de Ben E. King, "Spanish Harlem". John ha declarado que se trata de uno de sus temas favoritos. Fue utilizada en el ya nombrado film de Cameron Crowe, Almost Famous (2000). También se han realizado varios covers, a cargo de Ryan Adams o Heart, entre otros.

Bueno, así concluye mi recorrido por algunos de los temas que más me gustan de la primera etapa discográfica de Elton John. Seguramente mucha gente ya los conoce, pero si te falta escuchar alguno, te recomiendo que lo busques, lo escuches y lo disfrutes. Después me contás que te pareció.

viernes, 8 de febrero de 2013

El solitario show del dulce Neil

Siguiendo con la idea de hacer post más cortos, hoy voy a intentar en unas pocas líneas reivindicar a un cantautor que parece haber sido un poco olvidado en nuestro país. Me refiero ni más ni menos que al gran Neil Diamond, artista norteamericano nacido en Brooklyn (Nueva York) en el año 1941, cuya carrera, aún activa, comenzó a principios de la década del '60.
Demasiado blando para ser rockero, pero demasiado rockero para ser considerado un mero artista pop, supo (y sabe) valerse de su voz privilegiada para abordar los géneros más variados, pasando por el pop, rock, folk, R&B, balada, sinfónica, country, gospel y hasta reggae. La revista Billboard lo considera el tercer artista más importante en lo que música adulta contemporánea se refiere (superado por Barbra Streisand y Elton John).
Desde sus inicios, ha dejado una catarata de canciones exitosas, y ha sabido ganarse el favor del público. Su influencia puede rastrearse en todo tipo de cantantes/bandas, tan disimiles como U2, Johnny Cash, UB40 o Julio Iglesias. Muchas de los cuales le han rendido homenaje realizando covers de algunos de sus hits.
Seguramente, y por más que hasta el momento no te hayas dado cuenta, escuchaste alguna vez un tema de Diamond, y no solo eso, es probable que te haya gustado. Entre los más emblemáticos se pueden mencionar: Solitary Man y Cherry Cherry (The Feel of Neil Diamond, 1966); Girl, You'll be a Woman Soon (Tarantino utilizó la versión de Urge Overkill para Pulp Fiction), Red, Red Wine (popularizada luego por UB40), I'm a Believer (grabada por The Monkees primero, y mucho después por Smash Mouth para Shrek), Shilo y Thank The Lord For The Night Time (Just For You, 1967); Kentucky Woman (single, 1967); Brother Love's Travelling Salvation Show y Sweet Caroline (Brother Love's Travelling Salvation Show, 1969); Mr. Bojangles (cover de Jerry Jeff Walker) y Holly Holy (Touching You, Touching Me, 1969); Cracklin' Rosie y Soolaimon (Tap Root Manuscript, 1970); I am… I Said (Stones, 1971); Song Sung Blue y Play Me (Moods, 1972), entre muchas otras.
Uno de sus álbumes más emblemáticos quizá sea el doble LP grabado en vivo en The Greek Theater en Los Ángeles, en uno de los diez conciertos repletos que dio en el año 1972, llamado Hot August Night, donde el bueno de Neil, que pasaba por uno de sus más importantes momentos artísticos, se despachó con sus mayores hitos. Para muchos se trata del pico más alto de su carrera. Tal es así que ha sido merecedor de una reedición de lujo, ampliada con varios bonus tracks, en CD para su 40 aniversario.
Los dejo, esperando que este pequeño artículo despierte su curiosidad, y puedan comenzar a descubrir a un gran cantante y compositor americano.




jueves, 24 de enero de 2013

Que (no re)viva el rey


Esta nueva entrada va a ser sumamente breve. Tiene un propósito definido y conciso. Se trata de recomendar un disco. Es a mi entender uno de los mejores trabajos publicados durante el año 2011, y eso que vio la luz apenas iniciado dicho período, el 14 de enero. The King is Dead es la obra en cuestión, pergeñada por un grupo en franco ascenso, que debería tener mucha más difusión en nuestro país, The Decemberists.
La banda, oriunda de Portland, Oregón, se formó en el año 2000, con el inicio del nuevo siglo. El cerebro detrás de sus canciones es Colin Meloy, cantante, guitarrista y compositor. Sus primeros cuatro discos (Castaways and Cutouts, 2002; Her Majesty the Decemberists, 2003; Picaresque, 2005; y The Crane Wife, 2006) hacen sentir la fuerte influencia del folk inglés en la agrupación, dejando varias gemas como The Infanta, The Mariner's Revenge Song, y O Valencia, entre varios otros. En su quinto trabajo, se pusieron un tanto más experimentales y parieron un trabajo conceptual denominado The Hazards of Love (2009; chequear la gran canción Repaid).
The King is Dead es su sexta obra, en la que dejaron de mirar hacia afuera, y se concentraron en los ritmos propios de su Norteamérica natal. El resultado es un disco (casi) acústico, en el que se destacan la belleza de las melodías (sobre todo de las baladas), las letras que invitan a soñar, y la redondez de las canciones. Cada una de las diez piezas que componen la placa podrían ser simples de éxito. El disco se ubicó séptimo entre los mejores del 2011 según la revista Rolling Stone, y uno de sus temas, Down by the Water estuvo nominado como mejor canción de rock a los Grammy (galardón que perdió con Walk de Foo Fighters).
Para cerrar los pido que escuchen el álbum varias veces, ya que con cada escucha se vuelve más adictivo, constituyendo un viaje de ida.

The King is Dead

01) Don't Carry it All
02) Calamity Song
03) Rise to Me
04) Rox in the Box
05) January Hymn
06) Down by the Water
07) All Arise!
08) June Hymn
09) This is Why We Fight
10) Dear Avery






domingo, 13 de enero de 2013

Los cuentos pulenta


Pocas veces pasa que leemos algo e instantáneamente tenemos la necesidad de escribir sobre eso, más no sea para recomendarlo. Esto es exactamente lo que me ocurrió al terminar de leer el libro de cuentos Los Lemmings y otros, del escritor argentino Fabián Casas. Debo confesar que este es el primer y único libro que leí del autor. 
Fabián Casas es un escritor, poeta, ensayista y periodista argentino nacido en 1965. Ha trabajado para distintos medios, entre los que pueden destacarse los diarios Clarín y Olé, y la revista El Gráfico. Hasta el día de la fecha ha publicado varias obras de poesía, ficción y ensayos, así como también ha participado en programas de radio, y escrito en blogs. 
Mi primer acercamiento con su literatura se produjo a través de la revista La Mano. Allí publicaron algunos de sus cuentos, y fue colaborador con alguna que otra nota. Desde ese momento llamó mi atención. Sin embargo, pasaron varios años hasta que leí nuevamente algo de él. Fue el año pasado, en uno de los números de la revista Orsai. Con estos antecedentes al ver Los Lemmings y otros en un stand de la feria del libro, no lo dudé. Lo tomé entre mis manos y fui derecho a la caja. El libro recopila siete cuentos (Los Lemmings, Cuatro fantásticos, El bosque pulenta, Casa con diez pinos, Asterix, el encargado, La mortificación ordinaria, y El relator) y dos apéndices al Bosque Pulenta. Es una obra sumamente disfrutable y que si bien se puede leer de un tirón (al terminar un cuento dan ganas de empezar el otro automáticamente y tiene poco menos de cien páginas), recomiendo enfáticamente que lean los cuentos de a uno, tomándose el tiempo necesario para disfrutarlos. 
En sus relatos puede haber amor, aventuras adolescentes, historias de vida, diversas anécdotas, incluso se puede divisar un velado tono de nostalgia que los atraviesa. Pero hay algo que es común a todos ellos, y que los nuclea alrededor de un concepto: BOEDO. Es en este barrio donde todo (o casi todo) sucede, que no casualmente se trata del lugar de pertenencia del propio autor. El barrio impregna cada situación, cada dialogo, cada acontecimiento. Se podría decir que Los Lemmings y otros es un homenaje, una oda de Fabián Casas a Boedo. 
No quisiera terminar sin destacar particularmente al cuento El Bosque Pulenta, que resultó ser el que más me gustó de todo el libro. 
Para terminar, quisiera recomendar enfáticamente que lean Los Lemmings y otros, no se van a arrepentir.