viernes, 25 de febrero de 2011

Se nos fue La Mano

Hay algunas publicaciones que quizá pasan desapercibidas para la gran mayoría, pero son muy significativas para la minoría que las sigue, en parte porque cubren ciertas necesidades de información insatisfechas y en parte porque logran captar el espíritu de la generación que las adopta como propias.
Hay numerosos ejemplos de este tipo de ediciones a través de la historia, el Expreso Imaginario podría ser una de ellas, Cerdos y Peces otra. Si nos paramos en tiempo presente, descubriremos que hay otra revista, que hace poco ha dejado de salir, y que indudablemente se convertirá en un clásico con el correr de los años. Me refiero específicamente a La Mano.
El jefe de redacción era Roberto Pettinato, y participaban entre otros Alfredo Rosso, Pipo Lernoud, Sergio Marchi, y un largo etcétera de importantes periodistas. Las notas se centraban principalmente en el plano musical, tanto en artistas de vanguardia como en viejas glorias. Hubo números enteros dedicados a Charly, Spinetta, tapas de Hendrix, Miles Davies, rarezas para una revista de estos tiempos. También se podía encontrar información sobre literatura, teatro, arte, criticas de discos, en ocasiones cuentos, entre mucho otro material.
Mención aparte merecen las tapas. Según mi opinión La Mano era la revista que mejores tapas tenía. Con esto, no me refiero al artista que aparecía, que me podía gustar o no, sino al diseño de las mismas.
Comenzó a salir en Marzo de 2004; la primer tapa fue de Kurt Cobain, en una de sus tantas reseñas históricas. Dejó de salir 80 números después en Noviembre de 2010, con Andrés Ciro en portada. Luego sobrevinieron mensajes en Twitter con Pettinato anunciando el final de La Mano. Adujeron problemas financieros. Evidentemente la libertad creativa que se tomaron para realizar la revista, a años luz de publicaciones del mismo estilo como Rolling Stone o Inrokuptibles, les pasó factura.
Hoy a tres meses de su final aún no encontré una publicación que pueda reemplazarla y no creo que la encuentre en un futuro cercano. Sin embargo, tengo la esperanza de que en algún momento vuelva a salir y logre la aceptación que se merece.  

martes, 22 de febrero de 2011

Historias de canciones

Era una noche lluviosa en Dinamarca. Promediaba el año 2000, comienzo de un nuevo siglo, y el mítico Festival de Roskilde (ciudad situada a unos 35 Km de Copenhague) llegaba a su trigésima edición.
Una de las principales atracciones del festival era Pearl Jam, que presentaba su disco Binaural, aparecido ese mismo año. En pleno recital, rondando la medianoche, el público comenzó a comportarse de forma extraña. La presión comenzó desde el centro de la multitud, y tuvo gran impacto en las primeras filas. Una avalancha de miles de individuos es demasiado para uno solo. La tragedia dejó un saldo de 8 muertos (en principio se informó que eran 9 los muertos) y 26 heridos, uno de ellos gravemente. Eddie Vedder, cantante de la banda, anunció de inmediato la suspensión del evento, al tiempo que bregaba porque el público mantuviese la calma.
Indudablemente la tragedia caló hondo en los miembros de la banda, que dos años después al salir su nuevo disco, Riot Act, incluyeron un tema dedicado a las víctimas de aquel fatídico recital. La canción en cuestión se llama Love Boat Captain, es una de mis favoritas de Pearl Jam, y con el tiempo se convirtió en un tema muy festejado en los shows del conjunto.
Cuando en 2005 Pearl Jam visitó por primera, y hasta ahora única vez la Argentina, Eddie Vedder se pronunció sobre la tragedia de Cromañon y explicó que ellos habían vivido una situación similar (de menores proporciones) que los marcó fuertemente. Obviamente esta introducción fue parte de la presentación del tema en cuestión.
Todo lo anterior fue para poner en contexto el gran tema de Pearl Jam, Love Boat Captain, que además cuenta con una de las mejores letras de la banda. Les dejo la letra y un video de la canción para que la disfruten.

LOVE BOAT CAPTAIN

Is this just another day,... this god forgotten place?
First comes love, then comes pain. Let the games begin,...
Questions rise and answers fall,... insurmountable.

Love boat captain
Take the reigns and steer us towards the clear,... here.
It's already been sung, but it can't be said enough.
All you need is love

Is this just another phase? Earthquakes making waves,...
Trying to shake the cancer off? Stupid human beings,...
Once you hold the hand of love,.. it's all surmountable.

Hold me, and make it the truth,...
That when all is lost there will be you,...
Cause to the universe I don't mean a thing
And there's just one word I stil believe
And it's

It's an art to live with pain,... mix the light into grey,..
Lost 9 friends we'll never know,.. 2 years ago today
And if our lives became too long, would it add to our regret?

And the young, they can lose hope cause they can't see beyond today,...
The wisdom that the old can't give away
Hey,...
Constant recoil...
Sometimes life
Don't leave you alone.

Hold me, and make it the truth,...
That when all is lost there will be you.
Cause to the universe I don't mean a thing
And there's just one word that I still believe and it's
Love,... love. love. love. love.

Love boat captain
Take the reigns,.. steer us towards the clear.
I know it's already been sung,... can't be said enough.
Love is all you need,.. all you need is love,..
Love,.. love,...
Love.

viernes, 18 de febrero de 2011

Líricos vs Rústicos

Hay discusiones que son tan viejas como el fútbol. Que por más que miles de periodistas, filósofos de café, amigos, hayan pasado horas y horas debatiendo, nunca se ponen de acuerdo. Hoy quiero sentar posición sobre la controversia que separa al mundo del balompié (jugadores, técnicos, periodistas, hinchas, etc) en rústicos y líricos.
A mi entender los primeros son frecuentemente limitados técnicamente pero disciplinados tácticamente, prefieren el contacto físico al lujo, la patada a la gambeta, el pelotazo al toque corto, correr a gambetear. Este concepto se ha implementado en equipos enteros, cuya composición, si bien no era en su totalidad de jugadores de estas características, los contenía en mayorías desproporcionadas. Hay varios adeptos a este tipo de juego, que incluso le valió importantes títulos a distintos equipos alrededor del mundo. Por poner algunos ejemplos, de distintas épocas, podemos mencionar al Boca de Bianchi (contaba en sus filas a Bermúdez, Serna, Cagna, Basualdo, Traverso, Matellan, Samuel, Palermo, etc.), a la selección Italiana campeona del mundo en 2006 (en realidad nos podemos circunscribir a todas las versiones de la selección italiana), el Velez de Russo, el Estudiantes de Zubeldía (recordar la final del mundo contra el Milan en la década del ’60, que los jugadores de éste último rememoran como una guerra), el Ferro de Griguol, etc. 
Los argumentos más fuertes a favor de este tipo de jugadores/equipos/técnicos son que tienen huevos (se toma la expresión como sinónimo de pegar y correr), que se obtienen resultados, que el único objetivo del juego es la victoria a cualquier precio. Incluso se justifican ciertas acciones mal intencionadas por parte de los protagonistas: patadas descalificadoras, simulación de faltas (esto atañe a todo tipo de jugadores), comportamiento violento, entre otros.
En la vereda de enfrente encontramos a los líricos. Esos que prefieren el taco, la gambeta, la pisada, el caño, la rabona, el pase milimétrico, en definitiva, los que priorizan la estética. Entre sus defensores encontramos a los cultores del Jogo Bonito, a los apasionados de las tres G (gustar, ganar y golear), a los paladines del tiki tiki y a algunos memoriosos que añoran el fútbol de antaño. Entre los grandes equipos que llevaron esta visión del juego a la gloria encontramos a la Máquina de River, al Boca de Basile, al River de Ramón Díaz, a la selección Española modelo 2010, al Barcelona de Guardiola y Messi, al Arsenal de Wenger, entre muchos otros. Equipos que juegan al ataque, al toque corto, produciendo el deleite del hincha y del espectador neutral.
Esta polémica esta tan arraigada que, por lo menos en nuestro país, se han formado dos “escuelas” basándose en la concepción y filosofía de juego de dos importantes técnicos campeones del mundo. Me refiero a Menotti y Bilardo. A partir de ellos un sinnúmero de técnicos, periodistas, jugadores e hinchas se encolumnaron bajo las ideas del menottismo y el bilardismo (a esta altura no hace falta que describa de que se trata cada uno). Sin embargo, cabe aclarar, que basar esta discusión en estas dos posiciones encontradas ha quedado anacrónico, aunque todavía se vislumbran algunos resabios.
Con el tiempo se han formado estilos híbridos, que han tenido éxito. Tal es el caso de los equipos de Bielsa, que sin descuidar la disciplina táctica, apuesta a un fútbol de ataque total, logrando que muchas veces el partido sea un monólogo protagonizado por sus dirigidos. Como ejemplo de esto basta con recordar la medalla dorada obtenida en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, torneo que se gano de punta a punta con gran potencia goleadora, buen volumen de juego y sin recibir goles en contra. 
Como último comentario quisiera aclarar que la clase de jugador no tiene que ver con la posición que ocupa en la cancha. Así encontramos volantes centrales como Redondo y otros como Giunta, laterales como Krupoviesa o como Sorín, delanteros como Palermo o como Lisandro Lopez, es decir que independientemente del lugar y función que tengan en la campo de juego, el estilo es algo innato del protagonista.
Ante este estado de cosas el debate parece no tener fin. Las preferencias se multiplican en una y otra dirección, pero el acuerdo no parece cercano. En definitiva es cuestión de gustos, y esto es inobjetable. Quizá baste con pedirle un poco mas de sacrificio al lírico y un poco mas de juego al rústico.
Por último quisiera invitar al lector a opinar y conocer sus preferencias.

 

miércoles, 16 de febrero de 2011

Volver en el tiempo!

Hace un mes fui a ver al cine Volver al Futuro. Nunca pensé que iba a tener la posibilidad de verla en este medio, dado que se trata de una película estrenada originalmente en 1985, año de mi nacimiento. El hecho de que fuera el 25 aniversario, de que se haya aprovechado para digitalizarla y reestrenarla en varios países, entre ellos México, y de que a un copado que tiene hace años un blog sobre cine se le ocurriera que valía la pena traerla para estos lares, fue una sucesión de acontecimientos difícil de repetir, que para alegría de muchos hizo posible que los cines estuvieran llenos durante varias semanas para ver el film (superando ampliamente las expectativas y ciertas presiones de las distribuidoras).
Como mencioné anteriormente fui a verla. A ver una película que vi miles de veces en VHS, en canal 13, y hasta en DVD (imprescindible para todos los fanáticos el pack que se consigue en las grandes disquerías con las tres pelis).
Fui con mi novia, mi hermano, su novia y un amigo. La ansiedad fue creciendo desde que compre las entradas, más de una semana antes estando de vacaciones, hasta que me senté en la butaca del cine de Belgrano. Creo que la mayoría de los presentes, que abarrotaba la sala del Showcase, sabía que estaban ante una experiencia única. Las luces se apagaron y todos nos dispusimos a volver (una vez mas) junto a Marty a 1955, y regresar.
Realmente fue como verla por primera vez. Hubo aplausos en varios momentos, hubo nervios, tensión y alivio en otros, hubo risas ante los mismas escenas que vimos cientos de veces, se disfrutó la música, en definitiva una gran experiencia.
Cuando la función terminó (realmente se pasó demasiado rápido), me quedé con la sensación de haber redescubierto una gran película, que marcó a varias generaciones, que casi definió los cimientos del resto de las películas de viaje en el tiempo contemporáneas, y que me acompaño toda mi vida. No fue solo Marty el que viajó en el tiempo, sino que todos los presentes en la sala (y en todas en las que se proyectó) viajamos a un pasado no tan lejano (dependiendo de la edad del espectador) en el que vimos por primera vez al DeLorean y soñamos con algún día alcanzar las 88 millas por hora.

viernes, 11 de febrero de 2011

Decadencia modelo 2011

Hasta cuándo vamos a seguir negando lo evidente. Hace rato que las selecciones juveniles de Argentina muestran serias deficiencias en el juego. Las raíces del problema pueden ser varias. Trataré de mencionar las que me parece pueden ser corregidas.
Si analizamos el juego de la selección durante el presente sudamericano, se reconocen en general problemas tácticos, técnicos y dos fundamentales, la falta de jerarquía individual (hay alguna excepción), y la no menos importante imposibilidad de generar juego asociado. Es posible intuir el fastidio del espectador al ver que la selección de su país no puede articular jugadas de más de dos pases seguidos.
Llegado a este punto, cabe aclarar, que la presente entrada no se trata de una diatriba exitista destinada a denostar al seleccionado sub-20 por la falta de obtención de resultados. Por el contrario, la crítica se centra en la falta de buen juego, más allá de los resultados. Si tomamos como ejemplo el exitoso (desde el resultado) partido ante Brasil, se ve claramente la pobreza en la concepción del juego que ha mostrado nuestro equipo a lo largo de todo el sudamericano. Incluso con un hombre más le costó demasiado desnivelar, y tuvo pocas chances de convertir, sin mencionar que el primer gol fue de penal. Brasil se lo empató, y de no ser por la excelente jugada del chico de Quilmes, Iturbe, el 1 a 1 hubiese prevalecido.
En ese mismo partido  pudimos observar un planteo táctico ultra defensivo que atenta claramente contra la estética del juego. Perazzo puso en cancha un 4-4-1-1, formando el mediocampo con dos laterales, más preocupados en marcar que en jugar, y un doble cinco que jamás se acoplaron en ataque de manera satisfactoria con Iturbe (el único con panorama y manejo de pelota). No hay que olvidarse cuáles son los valores que se destacan de este equipo: sacrificio, amor propio, dignidad, conceptos todos ellos que solo se mencionan cuando no se puede hablar de jerarquía, superioridad, buen juego.
Como mencioné anteriormente, las causas de haber llegado a esta situación son varias. Quizá las responsabilidades puedan encontrarse en la dirigencia del fútbol argentino, en los formadores, en los seleccionadores, en los intermediarios, todos interesados en sacar una tajada importante de este gran negocio que representa el fútbol, perdiendo de vista lo que realmente es y nunca debió dejar de ser, un juego, un deporte, un entretenimiento que apasiona a gran cantidad de gente alrededor de todo el mundo. Mientras esta estructura cuasi mafiosa montada alrededor el fútbol no sea cuestionada en sus bases y desmantelada, vamos a tener que acostumbrarnos a cambiar los títulos, por las derrotas; los Aimar, Saviola, Riquelme, Cambiasso, D’Alessandro (y muchos nombres más), por los Battaglia, Zuculini, Funes Mori, Mauro Díaz, Araujo; los Pekerman, por los Perazzo o Ferraro; y por sobre todas las cosas el sueño de un próspero futuro en la selección mayor, por la amarga certeza de que crecientes dificultades se avecinan en los próximos años.

martes, 8 de febrero de 2011

Desidia

Toda sociedad tiene un orden. Las sociedades modernas se organizan en torno a un Estado. Éste último, entre otras cosas, es el encargado de garantizar la provisión de ciertos servicios fundamentales para el desarrollo de los integrantes del mismo. Entre ellos, podemos mencionar los servicios de educación, seguridad, salud, justicia, y un largo etc.
Muchas veces nos encontramos protestando por la falta de eficiencia en la prestación de dichos servicios como si fueran algo ajeno, y no propio de cada integrante de la sociedad. No nos damos cuenta que son miembros de la misma sociedad quienes están trabajando para brindarlos, y por consiguiente tienen los mismos defectos y falencias que la sociedad que los contiene.
A mi entender, lo que en la mayoría de los casos sucede es que existe una incapacidad casi absoluta de generar un vínculo sinceramente empático con lo que nos rodea. No nos sentimos movilizados si las cosas no nos tocan de cerca. Así permanecemos inmóviles cuando se producen muertes a causa de actos delictivos producidos por (in)acción de las propias fuerzas de seguridad, cuando no se respetan las condiciones básicas de infraestructura para brindar servicios de salud y educación, cuando se “cajonean” expedientes en la justicia, etc.
De esta manera la desidia se generaliza llegando al límite de poner aspiraciones económicas individuales por sobre la vida, la educación, la salud, entre otras. Estoy de acuerdo con que los maestros y médicos, solo por poner dos ejemplos, deben recibir una retribución justa por sus servicios, que son de suma importancia para los miembros de la sociedad, sin embargo, los medios utilizados para conseguir mejoras en su situación económica deberían reverse a conciencia, ya que es claramente inconcebible que en un hospital público no se puedan realizar intervenciones quirúrgicas porque cierta parte del personal haya realizado una medida de fuerza. Se entiende que muchas veces este medio de protesta es el que puede resultar más efectivo a los fines perseguidos. Bien podría pensarse que al darse un suceso de esta naturaleza el Estado debería contar con los medios necesarios para reemplazar a los manifestantes en sus funciones, teniendo en cuenta los potenciales resultados de su ausencia (la muerte de los pacientes como caso extremo, pero no improbable); por otra parte también debemos recalcar que las posibles consecuencias de ausencia no parecen importarles a los individuos/organizaciones que toman este tipo de decisiones. En un mundo ideal esto no podría suceder, ya que nadie debería tomar este tipo de medidas para recibir la contraprestación adecuada a la importancia de sus servicios. Sin embargo, no nos encontramos en dicho mundo, y debemos afrontar las cosas como son.
No quiero que se me malinterprete, no les estoy otorgando la responsabilidad a los trabajadores del Estado. Ellos, como mencione anteriormente, no son más que una muestra de la sociedad que integran, y si dicha sociedad está enferma, es por lo menos pretencioso pretender que las cosas funcionen bien.
Lo cierto es que mientras valores como la solidaridad, la empatía, el compromiso, el respeto mutuo, etc., no proliferen, es muy difícil formar una sociedad que sea más que un simple conjunto de individualidades pugnando por sus propios intereses. Obviamente hay excepciones, pero todavía falta mucho por hacer para que dichas excepciones sean la regla. Podemos empezar haciéndonos cargo de nuestros actos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Aquellas Queridas Bandas del Imperio (parte 1)

A esta altura no es un misterio para mí, que dentro del mundo de la música, tengo una clara predilección por las bandas inglesas. Nunca me puse realmente a buscar las causas; el gusto personal es algo que se va desarrollando con el tiempo y es dinámico. Lo cierto es que a medida que iba descubriendo el rock y tratando de conocer su historia siempre sentí mayor simpatía por las bandas surgidas de las islas británicas por sobre las del gran hermano del norte.

Mi primer descubrimiento fueron The Rolling Stones, probablemente una de las dos bandas más populares de la historia, y una buena puerta de entrada al mundo del rock. Creo que el primer tema que escuche fue Satisfaction, en un vinilo que tenía mi viejo. Fueron mi banda insignia durante gran parte de la adolescencia. Me cuesta elegir mi disco favorito, pero la época que va desde el '68 al '72 creo que los encontró en un gran momento creativo. De dicha etapa son los álbumes: Beggars Banquet, Let it Bleed, Sticky Fingers y Exile on Main Street.

A los Beatles los conocí un tiempo después, aún estando en la primaria, y no produjeron en mí el enamoramiento inmediato de los Stones. Pasaron varios años hasta que les tome el gusto. Los prefiero sobre todo a partir su etapa psicodélica, desde el ‘67 podría decir, hasta su fin, especialmente discos como The Magical Mistery Tour, Sgt. Pepper, The White Album, Abbey Road y Let it be. Tienen grandes temas, muchas veces adelantándose a su época y marcando tendencia, de los cuales I'm the Walrus es uno de mis favoritos.

Antes de terminar esta primera parte, quisiera mencionar dos bandas más, que me llegaron cuando estaba por finalizar el secundario. Ellas son The Who y The Kinks. La primera, con grandes músicos, cuenta en su haber con discos fundamentales para cualquier melómano,  entre los que se destacan Tommy (ópera rock que después derivó en una película), y Who's Next, un álbum con grandes temas como Won't get fooled again y Baba O'Riley. La segunda con esa implacable sociedad compuesta por los hermanos Davies, no exenta de cierta fricción (hermanos Gallagher, sepan que no son nada originales), que supo pintar como ninguna otra los avatares de la sociedad británica de la época, también nos dejó grandes discos para degustar como Something Else, Arthur... o Lola..., estos dos últimos sendas óperas rock.

Bueno por ahora es todo, la idea no es contar la historia de estas bandas sino dar a conocer mis gustos musicales y ayudar a que otros quizá descubran nuevos rumbos, si es que todavía no lo hicieron.