sábado, 19 de mayo de 2012

Animal de radio


Me gusta la radio. Probablemente sea uno de los medios de comunicación masivos que más disfruto. Mucho más que la tele o el diario. La radio es una compañía. Permite que la escuchemos haciendo otra cosa. Como se ha dicho muchas veces tiene algo especial. Algo que hace que el que se encuentra frente al micrófono lo disfrute y transmita ese sentimiento a sus radioescuchas.  Es la tan mentada magia de la radio, que hace que nos divirtamos, nos emocionemos, soñemos, imaginemos, nos enojemos, y nos involucremos hasta tal punto que muchas veces nos encontramos solos contestándole a la radio u opinando en voz alta de los temas que se tocan.
Arranque a escuchar radio cuando estaba en la primaria, sobre todo en las vacaciones. Las mañanas y las trasnoches eran los momentos propicios. En ese momento no tenía gusto por un programa en particular, rotaba entre las emisoras de moda. No fue hasta unos años más tarde, en los albores de mi adolescencia, cuando descubrí Cual es?. Corría el año 1998, y el inicio del secundario fue fundamental para este cambio de hábitos. Dejar el pesado doble turno de la primaria y comenzar a ir solo a la tarde me dejaba toda la mañana libre para poder conocer nuevos programas.
Durante la duración de la enseñanza media, en mi caso seis años, escuche casi religiosamente todas las mañanas Cual es? (para ampliar mas sobre el tema leer: http://malaprensa2011.blogspot.com.ar/2012/01/adios-cual-es.html). Una vez terminado el colegio, e iniciada mi carrera laboral la radio cobró más importancia en mi vida. El programa de Mario Pergolini me acompañó durante mis primeros cuatro años de trabajo. Ahora se abría una nueva posibilidad, ya que las tardes también se convirtieron en momentos en los que la existencia de la radio podía alivianar arduas jornadas de oficina. En un primer momento me hice fan de toda la programación de la Rock and Pop, que en ese momento tenía, además del ya mencionado programa de Mario y Eduardo, Day Tripper, con Juan Di Natale, Fabio Alberti, y Diego Della Sala, y Tarde Negra, con Elizabeth Vernaci.
A partir del año 2008 y probablemente debido al cansancio que pueden producir más de diez años de escucha ininterrumpidos fui abandonando gradualmente la emisora en donde el rock vive. La fui cambiando por otra, que si bien solía pasar una música que me gustaba mucho menos que la que pasaba la R&P, se adaptaba más a mi crecimiento, y significaba una renovación generacional. Así fue que de un día para el otro cambié Day Tripper por Basta de Todo, el programa que Matías Martin tenía en radio Metro, junto a Gabriel Schultz y Cabito. Fue el humor, los juegos disparatados y las buenas entrevistas lo que más me sedujo. El cambio a Perros de la Calle de Andy Kusnetzoff, y Metro y Medio de Sebastián Wainraich se dio casi naturalmente.
Actualmente sufro la imposibilidad de escuchar los programas de radio que más me gustan. En el trabajo se escucha Aspen en los buenos días y Radio Disney en los malos. El dial nunca pasa por la Metro ni la Rock & Pop. Hace más de un año que vivo esta situación y aún la sufro. Los días se pasan más lentos sin los programas que más me gustan. Ni siquiera pude escuchar la nueva radio de Mario, Vorterix Rock, o transmisiones que me interesan como Gente Sexy, de Clemente Cancela.  Por suerte tengo los sábados a la mañana, en los que últimamente estoy sintonizando Cómo robar el mundo, con Sebastián De Caro, por Metro, y paso un buen rato.
Como dije al principio, la radio tiene algo especial, que la diferencia de la tele. Algo que nos cautiva, y es difícil de definir. Pero podemos estar seguros de algo, nunca nos vamos a sentir solos en tanto y en cuanto, tengamos un equipo de radio cerca.



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