sábado, 17 de septiembre de 2011

Mis Discos Perfectos (Parte 2)

Como de chiquito me enseñaron que lo prometido es deuda, voy a intentar en estas líneas seleccionar mis discos perfectos del rock de acá. 
Es innegable que el rock argentino ha tenido una gran influencia en mi vida, y de alguna manera ha oficiado como puerta de entrada a ese rico mundo que es el musical. 
Indudablemente hay gran variedad de estilos, riqueza en artistas y un alto nivel de calidad, características todas ellas que hacen difícil la tarea de elegir. Sin embargo, y como el propósito es seleccionar de acuerdo a mis gustos álbumes completos, tratare de ser fiel a mis instintos. 
Hay un disco que quizá, por lo que significó, sea uno de los mejores del rock argento. Me refiero a La Biblia de Vox Dei. El vinilo data del año 1971, y se lo podría definir sin temor a equívocos como un disco conceptual, todo girando alrededor de los evangelios. La obra se abordó desde un respeto tal que hasta fue aprobada por la Iglesia (recordar que Argentina vivía una dictadura por esos años). Algunos de los puntos más altos del álbum son: Génesis, gran tema que después fue interpretado por varios artistas locales (Gustavo Cerati entre ellos), Las Guerras, quizá el tema mas rockero de la placa (por lo menos en su primera parte), Profecías y Libros Sapienciales, probablemente el tema más conocido. Algunas curiosidades que me gustaría agregar: el disco fue terminado tan rápido que se incluyó una versión inconclusa de Apocalipsis, razón por la cual terminó siendo un tema instrumental aunque estaba destinada a tener letra (el tema tal cual estaba compuesto vio la luz en una edición muy posterior); y al imprimir la contratapa se invirtió el orden de las canciones Libros Sapienciales y Profecías. 
El disco fue tan importante que solo tres años después, en 1974, se realizó una versión a cargo de lo que se denominó Ensamble Musical de Buenos Aires, del que participaron artistas de la talla de Alejandro Medina y Claudio Gabis (Manal), Charly García, David Lebón, Oscar Moro, Raúl Porchetto, Billy Bond, entre otros. 
Otro disco infaltable en este listado es ¡Bang! ¡Bang! Estas Liquidado, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. La cuarta obra de esta mítica banda, editada en 1989, los encuentra en un gran momento, aún saboreando el éxito que habían obtenido con su predecesor, Un Baion para el Ojo Idiota. Esencialmente es un disco de Rock, así con mayúsculas, sin señales de esa oscuridad que los Redondos comenzarían a insinuar en La Mosca y la Sopa, consolidarían en Lobo Suelto, Cordero Atado, y abrazarían definitivamente de Luzbelito en adelante. Grandes temas para destacar sobran, Héroe del Whisky (para comenzar bien arriba), los bien rockeros Rock para los Dientes, Nadie es Perfecto y Maldición, va a Ser un Día Hermoso, y los ya clásicos Nuestro Amo Juega al Esclavo y Esa Estrella Era mi Lujo. Como es costumbre al abordar un álbum compuesto por el Indio, sobran la letras cripticas y las grandes frases, algunos ejemplos: "Vivir solo cuesta vida" (Ropa Sucia), "Violencia es mentir" (Nuestro Amo Juega al Esclavo). Como en todos los discos de la banda el arte estuvo a cargo del artista platense Rocambole. 
Hay un sinnúmero de discos de Charly García que podrían integrar este listado. Me voy a quedar con uno por razones de espacio, pero sin dejar de mencionar algunos otros que son fundamentales también. El elegido igualmente no podía ser otro que, la placa de 1983, Clics Modernos. El disco fue grabado en Nueva York, y le debe su título a un graffiti (inmortalizado en la tapa del LP) que a Charly le llamó la atención durante su estadía en la ciudad norteamericana. Su importancia radica en la belleza de sus canciones y en la incorporación de tecnologías de punta para el momento, como el uso de samplers. Contiene varios clásicos del repertorio de García, como Nos Siguen Pegando Abajo, No Me Dejan Salir, Los Dinosaurios y Ojos de Video Tape. Fue posicionado como el segundo de los cien mejores discos de Rock Argentino por la revista Rolling Stone. 
Otras obras de García (tanto en plan solista como con alguna de sus bandas) que podría haber incluido son: Yendo de la Cama al Living (1982), Piano Bar (1984), y cualquiera de Sui Generis (Vida 1972, Confesiones de Invierno 1973 y Pequeñas Anécdotas sobre las Instituciones 1974). 
Hay un gran ausente en la enumeración del párrafo anterior, me refiero a la banda conformada por García, David Lebón, Oscar Moro y Pedro Aznar, Serú Girán. Quizá mi preferida del rock de acá, razón por la cual me resulta sumamente complejo quedarme con uno solo de sus discos. Sin embargo, si me viera obligado a elegir debería menciona a Bicicleta (editado en 1980) como su obra máxima. Al escuchar el larga duración casi parece tratarse de un grandes éxitos, incluye temas como el progresivo A los Jóvenes de Ayer, el rockero Cuanto Tiempo Más Llevara, el político Canción de Alicia en el País, el declarativo Mientras Miro las Nuevas Olas y el sarcástico Encuentro con el Diablo, entre otras canciones sublimes. Serú probablemente sea el ejemplo de que el todo es más que la suma de las partes, aún cuando esas partes sean excelentes individualidades. Como curiosidades me gustaría mencionar dos cosas: la presentación del disco fue en un Obras cuya escenografía fue realizada por la artista Renata Schussheim; el solo de piano del Tema de Nayla no fue realizado por Charly dado que al resto de la banda no le gustaba el resultado obtenido, dejándolo en manos del pianista de jazz Diego Rapoport. Otras obras fundamentales de Serú son Peperina (1981) y La Grasa de las Capitales (1979). 
Para concluir es casi mi deber mencionar otra gran placa, que fue el primer CD que compro mi viejo el día que compró el equipo de música. Me refiero a El Amor Después del Amor (1992), de Fito Paez. Aún hoy ostenta el record de ser el disco más vendedor de la historia del Rock argento. Es casi imposible quedarse con alguno de los catorce temas por sobre el resto. Sin embargo, podemos encontrar los puntos más altos en canciones como La Rueda Mágica, Brillante sobre el Mic, Un Vestido y un Amor, Tumbas de la Gloria y A Rodar mi Vida. El larga duración se destaca por la gran cantidad de músicos que participaron en su concreción, logrando Fito reunir algo similar a un seleccionado de artistas locales de primer nivel. Entre los más ilustres cabe mencionar a Charly Garcia, Luis Alberto Spinetta, Mercedes Sosa, Andrés Calamaro, Fabiana Cantilo, Gustavo Cerati, Celeste Carballo, Osvaldo Fattoruso y Daniel Melingo entre muchos otros. Evidentemente para Paez constituye un disco de quiebre y consagración tanto a nivel local como latinoamericano. Razones por demás suficientes para considerarlo un gran disco. 
Como decía Vox Dei, todo tiene un final, y este post no es la excepción. Antes de finalizar quisiera mencionar otros discos que también merecen ser incluidos en esta lista: Volumen 2 de Pappo's Blues (1972), Ay Ay Ay de Los Piojos (1994), Detonador de Sueños de La Renga (2003), el disco homónimo de Almendra (1969), entre otros. 
Espero que hayan disfrutado este recorrido tanto como yo. ¡Hasta la próxima!

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