domingo, 14 de agosto de 2011

Pequeña Reflexión Post Electoral


Nuevamente, por tercera vez en menos de dos meses, los habitantes de la Ciudad fuimos a las urnas, solo que esta vez acompañados por los del resto del país.
Realmente a esta altura hay mucha incertidumbre en varios aspectos. Por un lado, aún no se dan resultados, ni siquiera aproximaciones. Sin embargo los rumores se hacen sentir, y presagian una victoria en apariencia aplastante de CFK, dejando en segundo puesto a Duhalde, quien estaría a no menos de 25 puntos de la actual presidente.
Por otro lado, surge una pregunta que hasta este momento no ha encontrado su debida respuesta, ¿cuál es la verdadera utilidad de las elecciones primarias? Más teniendo en cuenta que la abrumadora mayoría de los partidos no presentan alternativas (por lo menos en los puestos principales: Presidente, Diputados, Senadores, y Gobernadores); quizá la excepción  se dé en la Provincia de Buenos Aires, donde Scioli (de gran elección hasta el momento) dirimía su interna con Mario Ishii.
Sin este rol fundamental de permitirle al pueblo seleccionar que candidatos prefiere dentro de cada partido, las Primarias se convierten en un simple ensayo de la elección de octubre próximo, consolidando ciertas fuerzas y sirviendo como una fuerte alarma para otras; a la vez que elimina a los partidos más pequeños, imposibilitados de sumar el piso mínimo que exige la nueva ley.
Otro aspecto que quisiera destacar es el deficiente manejo de la información que hubo de cara a esta elección. Recordemos que es la primera vez que se vota de esta manera en el país, y hubiese sido deseable que la distribución de la información hubiese sido más eficaz para evitar cualquier tipo de equívocos que lleve a aumentar innecesariamente la cantidad de votos impugnados. Téngase en cuenta que en algunas jurisdicciones, como por ejemplo la Provincia de Buenos Aires, las boletas eran de entre 7 y 9 candidatos (se votaba Presidente, Senadores y Diputados nacionales, Gobernador, Legisladores provinciales, Intendentes, etc).
Ahora solo resta esperar los resultados definitivos del escrutinio, mañana habrá tiempo para que se tejan desde los medios todo tipo de suposiciones, pseudo estrategias, y demás elucubraciones, en las que de alguna manera se dejará entrever el nuevo panorama político de cara a octubre. Lo importante es que hayamos votado con convicción, al candidato que sentimos nos representa de la mejor manera (por más difícil que esto pueda resultar), y que lo hayamos hecho defendiendo argumentos que consideramos valederos más allá del mensaje imperante en los medios o en la sociedad. Es decir, votar de acuerdo a nuestro criterio, siempre con una cuota de espíritu crítico.
Más allá del resultado que se conocerá esta noche (que por cierto está lejos de ser definitivo), lo importante es que es el pueblo el que se pronuncia, y debemos entender que esa participación es fundamental para el desarrollo de toda sociedad. Se debe combatir la idea de que la política es algo ajeno que no forma parte de nuestras vidas. Muy por el contrario, las grandes decisiones políticas pueden llegar a afectarnos directa e indirectamente de muchas maneras, razón más que suficiente para que nos comprometamos y participemos, aunque más no sea en una simple elección. 

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