martes, 18 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Bonus Track)

Cuando ayer a la mañana llegamos al aeropuerto nos enteramos que nuestro vuelo había sido cancelado por las cenizas volcánicas que invadían Buenos Aires. Superada la desazón inicial (sobre todo por el cambio inesperado de planes) nos fuimos a un hotel del centro de la ciudad para pasar las dos noches que nos vimos obligados a agregar al viaje (recién la aerolínea tenía disponibilidad para el martes).
Aprovechamos estos dos días para hacer dos cosas que no habíamos hecho anteriormente en San Francisco: descansar, e ir a lugares que por razones de tiempo no habíamos podido visitar durante nuestra anterior estadía.
Ayer paseamos por The Embarcadero. Se trata de una calle que recorre toda la costa de la bahía. Allí se pueden encontrar bares coquetos, algunas esculturas, y el Market Place. Tiene un aire a Puerto Madero, pero mucho más pequeño.
Tuvimos la oportunidad de ir a conocer la Coit Tower, una torre de 210 pies, que esta ubicada en la zona más elevada de la ciudad. Desde allí se puede obtener una magnífica vista de Frisco. Cuesta un poco llegar a pie, ya que hay que recorrer varias cuadras en subida, pero vale la pena.
Al irnos, decidimos hacerlo por el lado contrario al que llegamos para poder volver al hotel caminando bordeando la bahía. Fue una decisión sumamente acertada, ya que tuvimos la oportunidad de conocer un pequeño barrio que linda con la torre. Se trata de un coqueto conjunto de casas de madera con hermosos jardines. No lo cruza ninguna calle, solo pasarelas de madera y escaleras que comunican las casas. Serán alrededor de 3 o 4 cuadras, hasta llegar a una gran escalera que nos deposita de vuelta en la ciudad.
También recorrimos la Levi's Plaza que tiene dos partes, en una de ellas predomina el cemento, en la otra el pasto recién cortado, unas pequeñas lomadas y una fuente que irriga agua a través de distintos canales.
A la tardecita tomamos unas cervezas en un bar del centro.
Ahora estamos dejando todo listo nuevamente para volver al aeropuerto mañana temprano. Esperemos que esta vez podamos partir rumbo a Buenos Aires.

domingo, 16 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 14: Final)

El Dutch Windmill en el Golden Gate Park
Lamentablemente el tiempo pasa muy rápido y todo llega a su fin. Este es nuestro último día en San Francisco. Mañana temprano arrancaremos para el aeropuerto, y estaremos llegando a Ezeiza, previa escala en Atlanta, el lunes a la mañana.
Pasamos casi todo el día entre compras (más que nada tratando de cumplir con todos los encargos) y embotellamientos. Realmente San Francisco es una ciudad complicada para andar en auto por dos cosas: hay demasiados autos en la calle, lo que provoca constantes atrasos y embotellamientos, y porque estacionar es un problema. No hay casi espacios públicos para hacerlo, todas las calles, o tienen el cordón pintado de rojo (donde no se puede estacionar), o tienen parquímetro (en su mayoría con limitaciones de tiempo y caros), o tienen carteles que dicen que de tal a tal hora no se puede estacionar. Siempre hay que terminar cayendo en algún garage, que también son caros. Para colmo nos agarró una manifestación que nos complico más el día.
A pesar de todo pudimos conseguir la mayoría de las cosas.
El Getty Center
Ya tenemos casi todo ordenado para salir. Solo faltan las cosas de último momento. Por supuesto que ninguno quiere volver, y mucho menos regresar a trabajar. Como despedida iremos a comer al Hard Rock Cafe en la zona del puerto.
Fue un viaje increíble, en el que no tuvimos dos día iguales. Recorrimos casi 3000 kilómetros, paramos en 7 hoteles, pasamos por grandes ciudades, pequeños pueblos, vimos hermosos paisajes naturales, parques nacionales, parques temáticos, visitas a estudios de cine y televisión, playas, piletas, casinos. En definitiva, de todo. Creo que no se puede pedir mucho más.
Ahora solo nos queda disfrutar del viaje de vuelta a casa con la sensación de haber vivido una aventura sensacional.

El Rainbow desde adentro
La torre del Stratosphere

sábado, 15 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 13)

Primer vista en el camino a Yosemite Valley
Temprano abandonamos Oakhurst con rumbo a Yosemite. Lo que primero nos sorprendió es que el parque es realmente grande, lo que hace imposible poder recorrerlo en el tiempo que teníamos. La ruta por la que se accede a los distintos paradores nos ofrece hermosas vistas, pero a su vez es sumamente complicada, con curvas y contra curvas que hacen difícil transitarla. Si algo le faltaba a nuestro viaje era un poco de verda, y con esta visita lo agregamos con creces.
El primer lugar en el que paramos fue Yosemite Valley, una pequeña aldea que se encuentra a la vera del río entre montañas. Con solo realizar un corto trayecto a pie se puede acceder a una pequeña cascada. La caminata por el medio del bosque tuvo un efecto super relajante sobre nosotros.
Cascada en Yosemite Valley
A lo largo de las rutas internas del parque hay distintos paradores en los que se obtienen vistas espectaculares. Realmente parecen de cuento, o salidos de una novela de J.R.R. Tolkien.
Recorriendo unas cuantas millas más (el trayecto dura aproximadamente una hora) accedimos al Glacier Point, un parador donde se pueden observar los picos más altos del parque (algunos están nevados), y hasta encontrar nieve a los costados de la ruta y en el estacionamiento. Aprovechamos el excelente escenario y almorzamos ahí, y hasta tuvimos tiempo de interactuar con una pequeña ardilla.
El último punto que visitamos fue Mariposa Grove. Allí se podían observar un cierto tipo de árbol denominado Sequoia, que se caracterizan por el gran tamaño que ganan al pasar el tiempo. Se trata de verdaderos gigantes. Lamentablemente no pudimos hacer el recorrido largo, que implicaba subirse a camiones especiales y duraba más de una hora. El tiempo nos apremiaba y era hora de partir hacia San Francisco.
Vista desde Glacier Point
La última sorpresa la tuvimos en el camino de vuelta. Siguiendo el camino propuesto por el GPS terminamos en un camino de tierra que se abría en las montañas. Lo seguimos durante casi 10 millas. No fue el mejor momento del día. Por suerte llegamos sanos y salvos a Frisco.
Mañana es nuestro último día, y por ende la última publicación.



Las Sequoias de Mariposa Grove

viernes, 14 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 12)

Después de un día de descanso volvimos a la ruta. Esta vez para abandonar Las Vegas rumbo a Yosemite. Rápidamente dejamos el estado de Nevada para regresar a California. Podría decirse que se trató de un día de transición. Prácticamente lo pasamos todo en la ruta.
Mientras pasaban los kilómetros me preguntaba cómo se sentiría Sal Paradise, aquel personaje de la novela En el Camino, de Jack Kerouac, quien recorría varias veces el país, teniendo a San Francisco como horizonte deseado. Por supuesto que nuestro viaje no se compara con los suyos.
Paramos a almorzar en un desértico pueblo californiano llamado Mojave. Aprovechamos para descansar un poco, y escapar del calor de la ruta.
Cuando estábamos a solo una hora y media de nuestro destino nos cruzamos con un outlet enclavado en el pueblo de Tulare. Decidimos parar y hacer algunas compras.
Alrededor de las ocho arribamos a destino. El pueblo se llama Oakhurst. Mucho no pudimos recorrerlo, pero lo elegimos por su proximidad con Yosemite (apenas una veintena de kilómetros).
Mañana nos espera conocer el parque nacional y volver a San Francisco para completar el círculo.

jueves, 13 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 11)

La pileta del piso 8
A la mañana nos fuimos a un Outlet gigante que queda cerca del hotel. Compramos algunas cosas, pero la verdad no demasiado, los precios están más altos de lo esperado. Nos morimos de calor caminando entre los negocios, ya que era un outdoor shopping.
Cuando volvimos al hotel decidimos que lo mejor sería relajarnos un poco, y poder descansar de tantas idas y vueltas. Encaramos para el piso 8 donde se encuentra la pileta, y nos tiramos en sendas reposeras. Es increíble como se logra la ilusión de intimidad en una pileta que queda en el octavo piso de un hotel que cuenta con mas de 24 plantas. Realmente la situación era inmejorable, sol, reposeras, pileta (a la cual nos metimos, para descubrir que era de agua salada), tragos (un daikiri de banana y una Bud light sabor ¡lima!), y un poco de música.
La vista desde el piso 109
La vista desde el observatorio panorámico del piso 108 de la torre es increíble, sobre todo si uno lo ve de noche. El ascensor tarda apenas unos segundos en depositarnos en tales alturas. Se ve la ciudad del pecado iluminada en todo su esplendor. Subimos un piso más hasta la terraza, allí además de tener una mejor vista aún se practican juegos realmente extremos. Se puede saltar al estilo bungee jumping los 109 pisos, podes subirte a una pequeña montaña rusa que te lleva hacia el abismo, a un elevador que te sube y baja a gran velocidad, o a una mano giratoria (obviamente sobre la nada misma). Por supuesto que ninguno de los dos se iba a subir a juego alguno (ni borrachos).
Ya entrada la noche hicimos otro recorrido por los casinos, esta vez nos sorprendimos con los artistas en vivo del Circus Circus, la majestuosidad del Palazzo, los canales y paseos en góndola del Venetian, los jardines del Mirage, y el estilo de Planet Hollywood. Y hasta tuvimos tiempo de observar un nuevo espectáculo de aguas danzantes del Bellagio, esta vez al ritmo del All That Jazz.
Mañana nos queda abandonar la ciudad, camino a Yosemite.
Los canales del Venetian

miércoles, 12 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 10)

No hay palabras que puedan describir la sensación que a uno le produce estar parado en el borde del Gran Cañón del Colorado. Entusiasmo seguro, sorpresa también, pero quizá la palabra más adecuada sea maravillado. Al entrar al parque nacional nada parece insinuar la llegada al Cañón, pero sin embargo ahí está, haciendo su abrupta irrupción. Cualquier descripción que intente realizar, no le va  a hacer justicia, y ni siquiera creo que las fotos puedan reflejar lo que uno ve. Realmente es algo que todo el mundo debería visitar. Lástima que cueste tanto llegar.
Vista del Gran Cañón
El Cañón tiene mas de 440 km de tamaño (tiene aproximadamente 6 millones de años de antigüedad, y se formo, entre otras cosas, producto de la elevación de placas tectónicas, la erosión y cierta actividad volcánica), con lo cual solo pudimos recorrer una pequeña parte. Por razones de tiempo, que no solo es tirano en la TV, sino también en este tipo de viajes, no pudimos ver más. Igualmente alcanzó para dejarnos con la boca abierta.
Pasadas las dos de la tarde (arribamos al Cañón a las 10), decidimos partir. Almorzamos en un pueblo diminuto distante 5 millas del parque, llamado Tusayan, y luego tomamos la ruta nuevamente.
Fremont Experience, la calle techada
Después de un largo viaje llegamos a Las Vegas. De movida nos deslumbraron las luces de la ciudad. Paramos en el Stratosphere, un hotel que tiene una torre de 109 pisos a la que uno puede subir a tomar algo, participar de algunos juegos y tener una panorámica de la ciudad, aún no subimos pero seguramente en el próximo post habrá novedades.
A la nochecita salimos a pasear por la ciudad. Primer parada Fremont Experience. Se trata de una calle peatonal que esta techada, en la que hay shows de música en vivo, casinos y lugares para comer. Fue el lugar en el que comimos mejor y más barato desde que llegamos a EEUU.
Luego, y ya rondando las 12 de la noche partimos hacia Las Vegas Blvd, donde todos los casinos y hoteles importantes de la ciudad nos esperan en fila. Entramos a algunos de ellos. El Belagio se destaca por su espectáculo de aguas danzantes al ritmo de Sinatra, el París por su reconstrucción de esas hermosas calles francesas en su interior, y el Caesar's Palace por su estilo romano.
Todo esto que estamos viendo me lleva a pensar que nuestro viajes es un camino lleno de contrastes. De las grandes ciudades, a los pequeños pueblos, de imponentes construcciones a maravillas naturales, y de los complejos entramados de la industria del entretenimiento a la simpleza de lo natural.

martes, 11 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 9)

Con un lagrimón pendiendo de nuestros ojos abandonamos Los Angeles. En un principio pensábamos que sería camino a Las Vegas. Sin embargo, hubo un cambio de planes de último momento, y decidimos encarar directo para el Gran Cañón.
La habitación del hotel en Williams
Es increíble como vuela el tiempo, al igual que las millas, cuando uno está en la ruta. Esta vez tomamos la Ruta Interestatal 40. Si bien los paisajes no son tan imponentes como los de la Ruta 1, igualmente ofrecen vistosas imágenes por momentos desérticas, montañosas y sobre todo rocosas. La ruta nos lleva desde California hasta Arizona, estado donde se encuentra el Cañón.
Almorzamos en un pequeño pueblo perdido al este de California llamado Needles. Mayormente tiene estaciones de servicio y locales de comida rápida. Está claro que el pueblo sobrevive de la gente en tránsito.
La hora de llegada al Cañón era pasadas las 6 de la tarde, con lo cual decidimos que lo mejor sería pasar la noche en un pueblo cercano y arribar al parque nacional mañana a la mañana para poder recorrerlo con mayor tranquilidad. Es así como dimos con Williams, un pueblo diminuto enclavado en los márgenes de la histórica Ruta 66 (la cual cruza de Este a Oeste el país). Imposible no tararear la versión de Pappo del clásico tema rockero. Realmente es un enclave pintoresco que permitirá reponer pilas para seguir con nuestro viaje en la mañana.

La famosa Ruta 66

lunes, 10 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 8)

Walt Disney Concert Hall
Esta mañana nos decidimos y fuimos a conocer el centro de Los Angeles. La primer parada fue el Walt Disney Concert Hall, lugar destinado a conciertos de música clásica y ópera, que lleva el nombre del bueno de Walt porque su viuda donó los fondos con los que se comenzó a construir.
Luego recorrimos a pie el Civic Center, donde además de edificios antiguos e imponentes, tuvimos la oportunidad de visitar la Catedral, en la cual solo nos quedamos unos minutos ya que al ser domingo a la mañana, estaban impartiendo misa.
Al llegar al City Hall, pudimos comprobar que la protesta no es solo cosa argenta. A los costados del edificio se acumulaban gran cantidad de carpas que albergaban a los protestantes, y se podían ver gran cantidad de consignas escritas en pedazos de cartón.
Staples Center
Las calles del centro estaban cortadas, debido a un evento llamado CicLAvia, en el cual cientos de personas se paseaban en bicicleta, rollers o skate.
Después de ese pequeño recorrido, fuimos hacia el Staples Center, hogar de Los Angeles Lakers, entre otros. Solo pudimos recorrerlo por afuera e ingresar a la tienda de regalos. El calor, para esta altura del mediodía, era realmente agobiante.
Almorzamos y pasamos la tarde en las playas de Venice Beach. Seguramente cualquier lector las conozca, ya que fueron el escenario durante años de las serie Baywatch. Al caminar por el borde del mar, mojándonos los pies, era imposible no imaginar a Mitch Buchanan corriendo con su short naranja (aunque realmente es mejor imaginarse a Pamela Anderson o Carmen Electra, ¿no?). Las playas son amplias, el agua helada, y está lleno de gaviotas.
Por último, fuimos a cenar la mítico Rainbow Bar, lugar en el que se juntaban gran cantidad de rockeros a fines de los sesenta y principios de los setenta para parrandear, entre ellos Led Zeppelin. Es un gran lugar para cualquier amante del rock.
Mañana abandonaremos Los Angeles, con destino al Gran Cañón!

Venice Beach


domingo, 9 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 7)

Si hay algo que los Yankees dominan es la industria del entretenimiento. De todo hacen un show, merchandising e intentan vender todo. En nuestros distintos recorridos eso nos quedó más que claro. Hoy agregamos una prueba más a nuestro razonamiento.
City Walk en Universal
Los Estudios Universal son una fuente inagotable de entretenimiento. No solo por las películas y series que nos brindan día a día, sino también por sus parques temáticos. Uno de ellos esta en Orlando, el otro, como no podía ser de otra manera, en Hollywood.
Hacia allí nos dirigimos después del desayuno. Realmente al llegar el espectáculo es deslumbrante, ellos lo llaman City Walk, y no es más que la previa al parque, con todo tipo de negocios gastronómicos, y de recuerdos.
Los Blues Brothers en acción
Lamentablemente es dificilísimo, cuando no imposible, recorrer todas las atracciones del parque en un solo día. Y por más que lo intentamos, fallamos en nuestro cometido. Sin embargo, pudimos hacer la mayoría. Hay para todos los gustos, para los amantes del vértigo están las montañas rusas de Jurassic Park (de agua), La Momia y Los Simpsons (esta última no la hicimos, porque ya el marca paso no resistía (?)), para los que gustan de acción están los espectáculos de Waterworld (simplemente excelente y bastante húmedo), y Terminator 2 3D, quienes se relamen por buena música también tienen su espacio, el show de los Blues Brothers es realmente muy bueno, para los que les interesa saber que hay del otro lado de las películas tienen un espectáculo de efectos especiales (didáctico y sobre todo muy divertido), para los fanáticos del terror ingresar en la Casa del Horror puede resultar estimulante, sin embargo le sacará un alarido hasta al más valiente. Los más chicos también tienen su espacio, el show de Shrek en 4D los va a dejar maravillados (por supuesto que a los más grandes también).
Por último, quisiera mencionar la atracción que más disfruté. Se trata del tour por los estudios, que lejos de ser convencional, permite que nos metamos dentro de las películas. Incluye el tan publicitado juego de King Kong en 360 3D, cuya calidad es suprema, y otras demostraciones que preferiría no contar para no arruinarle la sorpresa a futuros concurrente. Basta con decir que incluyen terremotos, lluvia, tiburones, y alguna otra cosita más.
Un día agotador, pero altamente satisfactorio!
El Motel Bates en el Tour por los estudios

sábado, 8 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 6)

Jardines del Getty Center
Arrancamos temprano con rumbo a Beverly Hills, un barrio que, de no ser por los autos que pasan de vez en cuando, parece un set de filmación. Las casas son enormes, altas palmeras adornan las veredas (tal y como todos hemos visto en las películas) y los autos son caros. Un lindo lugar para vivir, pero seguramente inaccesible para el común de los habitantes de L.A.
A veces un millonario hace una obra de bien y deja un legado para la posteridad. Tal es el caso de Paul Getty, quien ideó el Getty Center, un complejo en las alturas que cuenta con una galería de arte y hermosos jardines, y es totalmente gratuito (excepto por el estacionamiento). Al dejar el auto, hay que tomar una especie de pequeño tren eléctrico que nos deposita en el centro. Incluso para aquellos que no entendemos demasiado de arte, escultura y pintura, es un lugar digno de visitar, pasear por sus jardines y recrearse con la vista de Los Angeles.
Warner Bros.
Para los amantes del cine, un lugar de visita obligatorio son los estudios de la Warner Bros. Nos permitió sumergirnos durante más de dos horas en el mundo de fantasía del celuloide. El recorrido por los estudios permite apreciar todo tipo de sets, lugares donde nuestras películas y series favoritas se filmaron. También se puede tener acceso a un museo de vestuarios de distintas películas, una muestra de los autos más famosos de Hollywood e ingresar a distintos estudios como el de la serie Chuck o al mismísimo Central Perk de Friends. Realmente pasamos momentos excepcionales.
Para terminar, cuando la tarde tocaba su fin, fuimos al Observatorio Griffith, en donde se pueden obtener las mejores vistas de la ciudad. Y que mejor que hacerlo con el atardecer de fondo. Además cuenta con un museo de astronomía interactivo sumamente interesante.
Luego de todo el recorrido llegamos exhaustos al hotel, donde nos disponemos a cenar.
Atardecer en el Observatorio Griffith

viernes, 7 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 5)

Si sumamos playa + palmeras + sol + arquitectura colonial y le agregamos montañas, seguramente el resultado obtenido sería Santa Barbara. Un pintoresco pueblo en el cual pasamos la noche, y aprovechamos para conocer un poco en la mañana.
Temprano decidimos seguir nuestro viaje hacia LA. Pero antes las últimas dos escalas del viaje: Malibu y Santa Monica.
Casas en Malibu
Estar en Malibu, y ver esas mansiones apostadas en las sierras es realmente impactante. Recuerda a Two and a Half Men, es casi como si esperásemos que a cada balcón se asome Charlie Sheen. Las playas son más cortas que en Santa Barbara, y al igual que allí, mucha gente las elige para hacer surf. Se nota claramente que es un lugar donde habita mayormente gente adinerada.
Las playas de Santa Monica
Mención aparte merece Santa Monica. Siguiendo con el estilo de las anteriores no faltan palmeras, algún boulevard, y playas. Esas eternas playas californianas, con varias canchas de beach volley que solemos ver en las series y películas norteamericanas. Además, y al igual que San Francisco y Monterey, cuenta con un muelle en el que se pueden comer productos del mar, comprar souvenires y divertirse en un pequeño parque de diversiones.
Finalmente, pasadas las dos de la tarde llegamos por el Santa Monica Blvd a Hollywood, donde queda nuestro hotel. Pasamos el resto de la tarde paseando por Hollywood Blvd, y maravillándonos con todas las atracciones que estaban esperándonos.
El Paseo de la Fama incluye infinidad de estrellas grabadas con los nombres de distintas celebridades. Algunas realmente nos resultaron desconocidas, otras sumamente familiares, nombres como Chaplin, B.B. King, Michael J. Fox o Jimi Hendrix, entre muchísimos otros, tienen su merecida estrella. Siguiendo el camino de las estrellas visitamos el Teatro Chino, en cuya vereda se encuentran grabados en el cemento las manos, pies y firmas de algunas de las más importantes estrellas del cine, como ser Clint Eastwood, Steven Spilberg o los chicos de Harry Potter. A su lado, se encuentra el Kodak Theater, lugar donde cada año se entregan los premios Oscar.
Tuvimos tiempo también de sorprendernos y divertirnos con las estatuas de cera del Museo Madam Tussauds. Un lugar en donde podemos pelear contra Rocky, compartir un banco de plaza con Forest Gump, caminar por los techos junto a Spiderman o sentarnos en la mesa de Don Corleone.

¡Esto es todo por hoy!

jueves, 6 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 4)

Feria de Santa Cruz
Y un día tuvimos que abandonar San Francisco. Qué mejor que hacerlo por la ruta 1, ladeando el mar. Realmente son indescriptibles los paisajes que vimos hoy. No creo que las fotos digan demasiado en comparación con lo que uno ve. La ruta bordea el Océano Pacífico, y nos conduce por caminos de cornisa, sinuosos en su gran mayoría, tiene tramos de bosques, pinos, y montañas. En definitiva una gran combinación para llegar a Los Ángeles.
La primer parada del recorrido: Santa Cruz. Un pequeño pueblo costero muy pintoresco que cuenta con un pequeño parque de diversiones (lo que ellos llaman feria).
Lobos Marinos en Monterey
La segunda parada: Monterey. Y realmente merece una mención especial. Paramos a almorzar y a caminar un poco. Su calle principal, Alvarado St. decanta en una plaza de cemento, al mejor estilo Plaza Mayor, rodeada de construcciones coloniales, que recuerda a los escenarios de El Zorro. También hay un largo muelle donde abundan los lugares para comer y comprar recuerdos, y se pueden ver miles de yates aparcados y una gran cantidad de lobos marinos. Un hermoso lugar para visitar.
La noche nos encontró en la ruta, por lo que decimos parar en Santa Bárbara. Aquí estaremos hasta mañana, cuando partiremos hacia Los Ángeles. Aún nos quedan 100 millas por recorrer.
Ruta 1

miércoles, 5 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 3)

Golden Gate
Hay algunas obras de infraestructura creadas por el hombre que sorprenden tanto como algunas maravillas naturales. Tal es el caso del Golden Gate. Caminar por ese gigante colorado es realmente impactante. Cuesta creer que estuvimos ahí. El puente es enorme, y al cruzarlo a pie se obtiene una magnífica vista de la ciudad.
El Golden Gate Park aporta una gran cuota de verde a la ciudad. Su nombre resulta un tanto engañoso, no se encuentra cerca del puente. Si tuvieramos que compararlo con algo de Buenos Aires, podríamos decir que se trata de un Bosques de Palermo tamaño XL (como todo lo que hacen los yakees). Dentro del parque se pueden encontrar tanto lagos de distinto tamaño, como museos de arte, academias de ciencia, un jardín botánico, el Japanese Tea Garden (especie de jardín japones) y un conservatorio de flores (algo así como un invernadero). Es increíble la paz que se respira dentro del parque, a pesar de estar enclavado dentro de una gran urbe.
Ardillas en el Golden Gate Park
San Francisco es conocida también por el papel que tuvo en la vida de la cultura hippie. Si bien estamos en el siglo XXI, todavía podemos encontrar algunos vestigios de dicho modo de vida. Específicamente a lo largo de la calle Haight, y particularmente en su intersección con Ashbury, recorrimos todo tipo de negocios relacionados con dicha cultura y otras (sobre todo alternativa). Abundaban los negocios especializados en Pipas (y no de semillas de girasol)!!! Podría decirse que se trata de una galería Bond Street a cielo abierto.
Para terminar dimos un par de vueltas por el barrio Castro, donde la comunidad homosexual ha decidido nuclearse. Al ingresar por la 17th Ave se pueden apreciar banderas de colores que adornan los postes de alumbrado público.
Barrio Castro
La verdad que ha sido un día fructífero. Mañana abandonaremos la ciudad con la certeza de que se trata de un gran lugar para visitar.

martes, 4 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 2)

Cable Car
San Francisco esta repleta de pintorescos Cable Cars (especie de tranvías). Tomamos uno rumbo al Fishermen's Wharf, en la costa de la bahía. El propósito: tomar el ferry rumbo a Alcatraz. El viaje, como casi cualquier otro en esta ciudad, esta plagado de abruptas subidas y bajadas.
La Roca es impresionante. Estuvimos cerca de 2 horas en la isla, recorriendo la cárcel y sus alrededores, hasta que fuimos casi desalojados por la lluvia. Cuesta imaginar lo dura que sería la vida para los reclusos, muchos de los cuales son célebres, como Al Capone.
De vuelta en la bahía recorrimos el Pier 39, un parador donde se puede comprar todo tipo de souveniers, y comer (está el Hard Rock). Es increíble como los yankees logran convertir todo en un negocio. Incluso a unas cuadras de distancia, en el Pier 45, se puede encontrar un dock repleto de antiguos video games, donde por solo 25 centavos podemos volver a nuestra infancia y bastante mas atrás también.
Alcatraz
Perdida en un barrio medianamente adinerado de Frisco, hay una calle llama Lombard St. A simple vista no parece tener nada especial, sin embargo, en una de sus cuadras la calle es en bajada y zigzagueante, ofreciendo  una preciosa vista de la ciudad. Es atracción constante de turistas, que la suben caminando o la bajan en auto.
Como toda gran ciudad, San Francisco alberga gran cantidad de ciudadanos de distintos países. Cerca del centro financiero fuimos a visitar China Town, un reducto de tres por seis cuadras donde los inmigrantes del gigante asiático viven en comunidad. Nunca mejor utilizadas las palabras: ¡Este es el barrio chino, Marge!
Algo cansados, por un recorrido que nos tomo casi 11 horas, la mayoría de ellas a pie y bajo la lluvia, recorrimos algunos negocios de ropa, y una disquería (si, si, tuve que comprar algo), y luego volvimos al hotel.
¡La vida del turista es agotadora pero excitante!



Lombard St.

lunes, 3 de octubre de 2011

La Vida en la Costa Oeste (Día 1)

Después de un viaje interminable en Delta Airlines (en realidad fueron 17hs y dos aviones, desde que salimos de Ezeiza hasta que llegamos a destino), desembarcamos en San Francisco. Primera impresión de nuestros primeros minutos en EEUU: ¡los aeropuertos son enormes! Tanto el de Atlanta como el de Frisco tienen su propio sistema de trasporte interno (subway y airtrain respectivamente).
Segunda impresión: es extremadamente difícil encontrar lugar para estacionar cerca del hotel.
San Francisco Civic Center
Hoy nos dedicamos a recorrer un poco la ciudad. Fuimos al Civic Center, donde se agrupan alrededor de una hermosa plaza el City Hall, la Biblioteca Pública, y otros edificios importantes, todos imponentes arquitectónicamente hablando.
No muy lejos de allí, caminando por Market St. llegamos al actual centro de la ciudad (downtown), y su plaza principal: Union Square. La plaza, paradojicamente, tiene poco verde, pero cuenta con una especie de balcones escalonados ideales que sentarse a tomar algo. El resto del centro pareciera ser un Shopping gigante, donde se pueden encontrar las mejores marcas. 
A solo unas cuadras visitamos el Museo de Arte Moderno (SFMoMA), y los Yerba Buena Gardens que se encuentran en frente (especie de pequeña plaza, que cuenta con una fuente y una galería de arte anexa).
Continuando por Market nos topamos con el Financial Center. Uno puede imaginar que durante la semana sus calles sean un caos de ejecutivos que vienen y van. Hoy por ser domingo estaba perfectamente transitable, y pudimos disfrutar de sus enormes edificios, y de una mixtura equilibrada entre obras de arquitectura moderna y otras de arquitectura antigua.
Para finalizar nuestro recorrido visitamos el puerto.
Ahora los dejo, es hora de desgustar unos ¿deliciosos? Macaroni & Cheese.