El afiche de la peli |
A veces las películas cobran
dimensión por contar una gran historia, otras por tener un guión bien logrado,
algunas por dejar entrever la diestra mano de su director, y en numerosos casos
por las sólidas interpretaciones de los actores. Cuando estas cuatro
condiciones se dan en conjunto, podemos sonreír, acurrucarnos en nuestro sillón
y disfrutar de la idea de estar ante un gran film.
Tal es el efecto que produce la
última obra del prolífico Woody Allen. Medianoche en París (Midnight in Paris,
2011), es una comedia romántica atípica, incluso para el bueno de Woody. Toma
elementos de distintos géneros y logra ser divertida y reflexiva a la vez,
entretener y dejar pensando al espectador; se la podría catalogar como una
comedia inteligente, pero realmente no estoy seguro de que las películas, en
general, posean este tipo de atributos.
El film nos muestra a la pareja
compuesta por Gil (el gran Owen Wilson) e Inez (la bella Rachel McAdams) que
está a punto de casarse y emprenden un viaje a París junto a los padres de la
novia. Gil es un escritor, fascinado por el París de los ‘20, que está teniendo
dificultades para concretar su primer novela. Se enamora de la ciudad y tiene
serias intenciones que quedarse a vivir en ella. Por supuesto su prometida Inez
no comparte este anhelo. Las cosas en la pareja se tensan un poco con la llegada
de Paul (Michael Sheen), el pedante ex novio de Inez, con su actual compañera.
Es así, como luego de una cena, todos deciden irse a bailar, excepto Gil, quien
no tarda en quedarse solo en la noche recorriendo las calles parisinas.
Gil e Inez en su habitación de hotel |
A partir de allí es cuando
comienza la aventura, en la cual se entremezclan fantasía y realidad, pasado y
presente, Ernest Hemingway, Cole Porter, los Fitzgerald, Salvador Dalí (Adrien
Brody), Gertrude Stein (Kathy Bates), Picasso, Matisse, Luis Buñuel, Man Ray,
T.S. Elliot, entre muchos otros, y por supuesto la hermosa Adriana (Marion
Cotillard); y lo que parecía una simple comedia romántica transciende los
límites del género y nos lleva más allá, poniendo en juego cuestiones como el
amor, las fantasías, la nostalgia por tiempos no vividos, el presente, las
responsabilidades, la adultez, sin pecar de pretenciosa y haciendo gala de un
gran estilo.
Imposible no mencionar a otra
gran protagonista del film. Me refiero a París, la ciudad que, lejos de ser el
simple escenario donde transcurre la película, cobra vital importancia,
sumergiendo a Gil (y a los espectadores junto con él) en sus noches, sus
hermosas calles y sus ilustres personajes; logrando cambiar sus perspectivas
frente a la vida y el amor.
Gil y Adriana en las calles de París |
Para concluir, me gustaría
recalcar (dudo que haga falta) que la cinta es sumamente recomendable. Espero,
con estas líneas, haber logrado despertar en el lector el interés por la misma.
PRESERVATION ACT 2 (1974) - Empezaré por este que que es mi favorito.
ResponderEliminarSegunda parte del incomprendido e infravalorado proyecto “Preservation”, editado como un doble álbum en el que se intercalan las canciones con breves fragmentos de un narrador (Chris Timothy) relatando la historia ideada por el genio Ray Davies.
“Preservation act 2” está más cercano a la idea original de Davies para el proyecto que la primera entrega, razón que justifica la mayor cantidad de material aquí incluido.
Aunque en lo que a calidad se refiere los dos discos están muy parejos, en esta segunda parte el talento inagotable de Ray aflora en excelentes temas que se mueven entre el pop, el rock y el vodevil y que rebosan ingenio en unas texturas tremendamente imaginativas y complejas, acompañadas de unos siempre notables textos y un innato sentido del ritmo y la melodía.
Todo esto se refleja en prodigiosas composiciones como “When a solution comes”, “Money talks”, “Scum of the earth”, “Second-hand car spiu”, “He’s evil”, “Mirror of love” (puro cabaret), “Nobody gives”, “Salvation road” o “Oh where oh where is love?”, una bellísima canción interpretada a dúo con Marianne Price, algo que se vuelve a repetir en “Nothing last forever” y la gran mini-suite "Artificial Man" que acaba con el desparrame final que interpreta Dave. Maravilloso.
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PRESERVATION ACT 1
Uno de los proyectos más ambiciosos de Ray Davies al frente de The Kinks. Dosificado en dos partes, Davies presenta esta primera entrega con su habitual derroche de lucidez lírica y musical, edificando potentes temas rockeros como “One of the survivors”, “Here comes Flash” o “Demolition”, todos ellos realzados por una estupenda sección de metal que se encuentra presente en practicamente todo el álbum.
En el mismo, también figuran otras canciones más apacibles y que rezuman gran clase, del estilo de “Daylight”, “There’s a change in the weather” (un tema de compleja estructura) o “Where are they now”. Su amado y socorrido sonido music-hall es el fundamento de la hermosa “Cricket”.
La culminación compositiva dentro de un conjunto más que notable son las extraordinarias “Sweet Lady Genevieve”, “Money and corruption/I am your man” y “Sitting in the midday sun”, tres gemas que exprimen al máximo el caudal artístico del gran Ray Davies.
En definitiva un derroche de creatividad creado en tan solo 6 meses que a pesar del pésimo recibimiento tanto de ventas como destractores críticos de turno que han etiquetado la fama de esta obra de muy mal trabajo y que con el tiempo los melómanos (sobre todo) han visto que ha se subestimado esta gran obra al completo y que decir que este tipo de genialidad tan variopinto no se hacía mucho antes y ahora ni por asomo y los que se hacen son pateticos. Gracias.